No, no estamos hablando de la cuarta terminal aérea, la de Tizayuca, que planteó el presidente López Obrador el día de la FAM. Eso amerita un planteamiento más amplio y profundo. Nos referimos a lo que viene en los próximos años en materia de transporte aéreo.
Sin duda que el reto es monumental. Después de más de 30 años de solicitar la política de Estado y de largo plazo, consensada entre los actores de la industria, hoy parece haber una idea clara de que es indispensable que todos los involucrados se sienten en la misma mesa a diseñar lo que será el futuro del transporte aéreo en México.
Así lo considera Rodrigo Vázquez Colmenares, director general de Aeronáutica Civil, y de cara a la Summit organizada por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que se realizará este jueves, es evidente que se requiere un esfuerzo de concertación de esfuerzos y posibilidades para que el sector aéreo defina la ruta por la que ha de transitar en los siguientes años.
Por lo pronto, la DGAC se encuentra en vías de convertirse en la Agencia Federal de Aviación, una solicitud que lleva muchos años en el tintero y que implica que nuestra autoridad aeronáutica se consolide, sea autónoma en sus recursos y que exista el servicio civil de carrera, es decir, que sus funcionarios encuentren opciones de crecimiento profesional dentro de la propia institución.
Además, es importante que nuestra aviación se regule acorde a los parámetros internacionales fijados por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la cual posee una estructura de evolución modular que permitiría que se vayan cumpliendo las metas sustantivas para hacer nuevamente de nuestra aviación un ejemplo a seguir en América Latina.
Esto incluye la definición de varios puntos: ¿qué hacer con nuestra política de cielos? ¿Volveremos a aplicar la máxima de la OACI de la real y efectiva reciprocidad en nuestros convenios bilaterales? ¿Cuál será la configuración de nuestros aeropuertos para segregar tráficos? ¿Se optará por dejar los vuelos internacionales en el AICM y el resto se irá a Toluca? ¿De verdad se construirá una pista adicional en ese aeropuerto o se optará por hacer otra en Santa Lucía? ¿Y la carga aérea? ¿Se irá a Tizayuca?
También está pendiente la definición respecto a la investigación de accidentes de aviación. Se ha hablado de una agencia independiente adicional que se haría cargo de la investigación, lo cual sería muy sano, ya que esto permitiría que las recomendaciones se hicieran también a la autoridad para modificar sus procesos. No olvidemos lo que se ha comentado aquí repetidamente, sobre los 160 accidentes de la aviación que se han registrado en los pasados 24 meses en México, la mayoría en la aviación privada y ejecutiva. Es un récord que requiere ser analizado para que se le ponga remedio, pues implica que los supervisores y certificadores de la DGAC están rebasados en sus tareas y que hace falta crear mucha más conciencia entre los operadores y escuelas para tener una cultura de seguridad en el transporte aéreo, sin la cual la aviación no puede desarrollarse.
Un punto muy interesante es que el viernes pasado DGAC dio a conocer el dictamen final del Accidente del vuelo 2431 de Aeroméxico Connect, ocurrido en Durango el 31 de julio. La causa probable que se estableció alude a la microrráfaga que ocasionó una pérdida de control, más diversos factores contribuyentes.
Habiendo sido testigo de muchos dictámenes semejantes, es justo felicitar a José Armando Constantino Tercero y a su equipo asesor, pues este dictamen resultó muy completo e incluye una serie de recomendaciones a las autoridades y organismos públicos que no suelen darse en los dictámenes de este género. Un buen augurio.
Lo oí en 123.45: Otro punto a considerar en la política aéra es la suerte de Mexicana de Aviación. E-mail: raviles0829@gmail.com. Twitter: @charoaviles
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