Entre los bienes más preciados del transporte aéreo se encuentran los slots, esos “espacio-tiempo” en aeropuertos que, en el caso del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) levanta ámpulas. La reciente “guerra” entre la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el gobierno federal es muestra de lo que pueden llegar a valer esos “insumos esenciales” como los denomina Cofece.
El asunto es que México necesita decidir si como país se va a atener a las reglas que para el uso de slots fija la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) en su World Slot Guidelines (WSG), que provee de estándares globales para el manejo de la capacidad en los aeropuertos saturados y que ya es utilizado puntualmente en aproximadamente 180 aeropuertos alrededor del mundo.
Si se adoptan los WSG la discusión debería zanjarse ahí, lo que significa que las autoridades aeroportuarias y los operadores se estarían haciendo cargo del tema y la Cofece quedaría como un tercero observador (muy interesado) pero sin mayor injerencia.
La práctica IATA muestra que el WSG ha sido un muy importante apoyo para, en primera instancia, respetar los derechos de las partes (especialmente la cláusula del abuelo que le da a las aerolíneas más antiguas la preeminencia en el uso de sus slots, ganados a pulso durante décadas de operación), pero –en segunda instancia, y como lo muestra la experiencia- también ha permitido la transferencia de estos derechos a nuevos operadores.
Con esto se logra cierta equidad en el uso de estos “bienes esenciales” pero también –como la IATA recientemente lo ha mostrado en el caso del aeropuerto de Heathrow- provoca que los slots cambien de manos con cierta regularidad creando un mercado que representa importantes sumas de dinero.
El asunto es que ahí lo slots tienen un valor comercial y las aerolíneas lo saben, lo utilizan y nadie se da por sorprendido. El problema acá, es que la ambigüedad con que son tratados estos derechos enrarece el ambiente e impide que las transacciones sean transparentes.
Aunque hay varios asuntos que muestran esta problemática, el caso más significativo es la resolución de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para embargar las rutas y los slots de Mexicana de Aviación, como bienes intangibles de esta empresa y que, en rigor, están en préstamo a las aerolíneas que los han operado desde que esa empresa dejó de volar en agosto de 2010.
Aunque el tema aún no está resuelto en definitiva, es claro que se pone en la palestra la disyuntiva de darle o no un valor comercial a estos “insumos esenciales”.
De reconocerse tal cualidad, la cantidad de dinero que las aerolíneas de nuevo cuño tendrían que pagarle a los trabajadores de la extinta Mexicana sería considerable, lo cual permitiría resarcir una parte de los daños que se causaron con la decisión de dejar en tierra a la Primer Línea Aérea de Latinoamérica.
No obstante, se sabe que los operadores que han usufructuado dichos slots no están de acuerdo en pagar en retroactivo una suma que no saben a cuánto ascendería. Pero la lógica es que si están de acuerdo en lo uno, a saber: que los slots son bienes comercializables y deben ser subastados para que haya mayores oportunidades en el AICM para ellos, también deberían estar de acuerdo en lo otro: que los slots utilizados tienen un valor y habría que pagar por ello.
Paradojas de la vida: ¿quién será el valiente que logre la retribución para los ex trabajadores de Mexicana?
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com; twitter: @charoaviles
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