
Tal y como es el caso con AeroExpo, Toluca, asistir a la también mexiquense Feria Aeroespacial México (FAMEX) debe ser una cita obligatoria para cualquier aeronáutico mexicano que se precie de serlo, de ahí que hice lo posible para estar presente en los rumbos de Santa Lucía, Estado de México, ver a mis cuates y ser testigo de aquello que ofreció y de una parte de aquello que ocurrió en la sexta edición de este evento organizado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), empleando para ello básicamente a la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), los días 23 al 26 de abril pasados, en el marco de una fecha que los organizadores presentan como la más grande de la agenda aeronáutica latinoamericana, honor que pelea con la chilena Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE) a la que este columnista aún ve como la más importante.
Es así que ostentándome con orgullo como parte del equipo de columnistas de A21 me regalé una visita el día 23 de abril en el que abrió sus puertas a los profesionales y medios de la industria aeroespacial nacional e internacional, luego de que el día anterior fuese inaugurada, fuera de programa público por la Presidenta de México, quien afirmó que se trata de un evento insignia de tecnología, innovación y defensa. ¿Y la aeronáutica civil dónde quedó doctora?
Ya en campo la primera sorpresa me la llevé cuando descubrí que al abandonar el Circuito Exterior Mexiquense procedente de la Autopista México-Querétaro y tomar la desviación al aeropuerto “Felipe Ángeles” han instalado una nueva caseta de cobro sumando no solamente tiempo de viaje sino también gastos al recorrido.
Tal y como ha ocurrido en ediciones anteriores no solamente de FAMEX, sino de cualquier otro evento organizado por las fuerzas armadas mexicanas al que se da acceso a civiles, las formas castrenses, las más de las veces insensibles e incompatibles con la atención de visitantes civiles fueron la norma, agregando estrés y complicaciones innecesarias a los asistentes desde el acceso mismo al perímetro de las instalaciones militares.
El hecho es que FAMEX existe gracias a y para los militares, de ahí su marcado y poco incluyente enfoque castrense, el cual, hay que reconocerlo, debemos vincular además con esa censura a la libre expresión de las ideas, hechos e información que caracteriza al crecientemente autoritario gobierno federal que se acaba de aventar la puntada de enviar al Congreso de la Unión una iniciativa con modificaciones a la Ley de Telecomunicaciones, que de aprobarse, cancelarían en buena medida este derecho fundamental, algo contra lo que siento todos los mexicanos pensantes debemos luchar, de ahí que haya incluido el tema en esta entrega.
Pero volvamos a FAMEX… ¿Con qué me encontré en ella?La verdad es que no tenía grandes expectativas. ¿Cómo tenerlas en un México sumido en una crisis institucional y económica tan profunda como en la que nos dejó la salida de la presidencia de López Obrador complicada con el regreso a la Casa Blanca de otro mitómano y déspota? Bien sabido es que el erario federal mexicano se ha quedado sin dinero hasta para lo esencial, algo que se reflejó en una FAMEX 2025 menor en todos los sentidos a su edición 2023 y en la que la verdad no logré toparme muchos compradores que digamos. Para nadie es un secreto que la participación de una organización en una feria de este tipo tiene mucho que ver con quedar bien con alguien, en el caso de FAMEX más bien con las fuerzas armadas, más que cerrar tratos en el lugar, que tampoco cae mal cuando llegaba a suceder. Baste decir que el área de exhibición se redujo en un pabellón y que hasta donde distinguí, muchos de los stands eran institucionales, es decir, gratuitos. Eso sí, mucho AIFA, mucho GAFSACOMM, mucha Mexicana de Aviación, mucha milicia con sus empresas e institutos y poca Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, por ejemplo.
Y ya que hablo de entidades militares le tengo lo que puede ser una primicia, triste, pero una importante noticia: Una fuente autorizada en el stand de la Guardia Nacional, cuyo nombre no se me permite divulgar, me informó que los entrañables Boeing 727s de la flota de este cuerpo de seguridad federal dejarán de operar en dos años, siendo sustituidos por 737s, muy posiblemente serie 700NG. ¡A disfrutar entonces lo que nos queda del 727 en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México!
¿Boeing? ¿En dónde diablos andaba este emproblemado fabricante norteamericano en FAMEX al que la verdad no pude ver mucho que digamos como si pude hacerlo con su competencia?
La que sin duda llamó la atención fue la participación del Equipo de Demostración del estadounidense Lockheed Martin F-35A de combate. Me tocó ser testigo de un atractivo vuelo de exhibición de uno de los dos ejemplares del grupo. De acuerdo a las fuentes a mi alcance se han producido más de mil F-35s de varios tipos, operados o a punto de serlo por fuerzas aéreas de casi una veintena de naciones. La pregunta es obligada: ¿Será que México lo está considerando también para reemplazar a los venerables Northrop F-5 de la FAM o eso de los F-35 fue solamente un show cortesía de los gringos? Creo que esto último es el caso, pero vaya tema que la verdad no me siento en condiciones de abordar con la calidad que merece, toda vez que este segmento no es mi fuerte.
En donde siento que tengo un poco más de tablas en materia de aviones militares es en los de transporte, por lo que debo compartir que soy de la idea de que la reiterada exhibición en el recinto de aeronaves de ese tipo como el impresionante Airbus A400 europeo y el interesante Embraer KC-390 brasileño hablan de la justificada e impostergable necesidad de la FAM de adquirir aviones para atender sus necesidades logísticas para el transporte de personal y carga, reemplazando los añejos Lockheed C-130 norteamericanos que actualmente opera, y claro está, del interés de los fabricantes aeronáuticos de proveer esos equipos. ¿A quién le va usted estimado lector? ¿A los de los USA, a los del viejo continente o los de la tierra de Pelé? En mi humilde opinión el mejor sustituto para los “Hércules” en México son simple y sencillamente otros C-130, quizás con menos horas en sus bitácoras, y si es posible, nuevecitos. La presencia en FAMEX 2025 de un C-130 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos bien puede dejar claro que mi hipótesis tiene algo de sustento.
Grata la exhibición en rampa de aeronaves de Viva y Volaris representando al aerotransporte comercial. ¿Y Aeroméxico apá? ¡Ah, se me olvidaba, un avión suyo estuvo junto a uno de Mexicana al momento de la foto con la Presidenta el 22 de abril! Distraerle a Aeroméxico uno de sus 100 737’s no es nada, pero hacer lo mismo con Mexicana es sacar de su itinerario a la mitad de su flota actual. Insisto, hay que quedar bien con quien realmente se debe, ¿verdad?
Los que no podían faltar fueron los de Oaxaca Aerospace, ahora con su versión PT-400 del “Pegasus” el cual por lo menos a este analista no le queda claro ni siquiera que si ya voló. Lo cierto es que tal y lo comenté en una entrega publicada en el número 192 de la revista T21 a mediados del año 2015, pienso que las aeronaves de este fabricante no tienen “ni pies ni cabeza” debido que no identifico, y por lo que veo no soy el único, una misión y por ende un mercado para ellas de ahí lo que lo considero como un fracaso de emprendimiento. Presente también una aeronave “Halcón 2” del fabricante guanajuatense Horizontec, misma que por lo menos sí vuela, pero que siento que, en conjunto con los oaxaqueños, refleja la precariedad que estamos viviendo en materia de diseño, construcción, certificación y ventas de aeronaves mexicanas, aun aquellas tan sencillas como son las utilitarias.
Finalmente, bien por la oferta educativa aeroespacial nacional e internacional en FAMEX 2025 y la asistencia de estudiantes a ella. Es más, esto me parece lo más relevante que vi en Santa Lucía. Lamentable sin embargo la poca asistencia a las conferencias técnicas que se impartieron.
En resumen: Independientemente de haberme dado nuevamente la oportunidad de reencontrarme con entrañables aeronáuticos, enterarme que se nos va el 727, constatar la pobreza de los diseños de aeronaves completas mexicanas, toparme con centenares de profesionales en formación y disfrutar del F-35, FAMEX, el evento más importante del gremio en el país me dejó un sabor de boca agridulce. Habrá que ver qué opinan los expositores luego de constatar los resultados de sus inversiones de este año en la feria. De ello depende que siga reduciendo su tamaño o crecer en el 2027, cita que por lo menos quien firma esta nota ya tiene en el radar.
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