Por lo visto los de Boeing no han leído el popular libro “Quién se ha llevado mi queso” del autor Spencer Johnson.
Llevo afirmando en los espacios del Grupo T21, se dice fácil desde el año 2013, que ya es tiempo de que Boeing reconozca que su histórica y otrora rentable veta de queso llamada 737 ya se minó hasta donde podía ser productiva, aceptando que es tiempo de acabe con el icónico y exitosísimo, y hay que reconocerlo: hoy día más bien obsoleto modelo, que irónicamente ha puesto como nunca en peligro la existencia de este gigante norteamericano de las construcciones aeroespaciales.
Hace 10 años publiqué una columna en la que de plano afirmé que era tiempo de que Boeing anunciase el lanzamiento de un nuevo avión de cabina de corto, mediano y semi largo alcance, entre 180 y 250 asientos, que incorporando las tecnologías del revolucionario 787, le permita dejar de perder mercado ante la familia del Airbus A320 en particular las más recientes versiones del A321 NEO ¿y por qué no hasta recuperar una parte importante de su participación en el segmento?
Desgraciadamente los de Boeing o no leen los medios de prensa del Grupo T21, no leen mis columnas o si lo hicieron, no tomaron en cuenta mi atenta y hay que admitirlo, arrogante propuesta (risas) y decidieron llevar al 737 en su versión MAX a esos niveles de inseguridad que al mundo entero le ha quedado claro tiene, por medio de prisas en el diseño y certificación y por ahí con la complicidad de una muy debitada Administración Federal de Aviación (FAA) norteamericana y que en estos días han vuelto a ser noticia conforme un 737 MAX-9 por poco sufre un accidente mortal producto todo indica de una falla de diseño o instalación ciertos componentes, impactando nuevamente en la salud financiera de las aerolíneas que operan el modelo, caso de nuestra Aeroméxico, que se las está viendo negras acumulando cancelaciones de vuelos, afectando y por ello molestando a sus pasajeros.
De seguir así las cosas, ya sea con su familia A320, sino también con un muy posible modelo A390, en la categoría de lo que debería ser el 797, en una de esas Airbus destierra no solamente al 737 del mercado sino a la propia Boeing en este segmento, lujo que me da la impresión que la industria aeronáutica de los Estados Unidos no se puede dar.
Por lo pronto, hago votos para que Boeing y la FAA “se pongan las pilas” y se aseguren que los 737´s MAX no anden generando problemas de flota a las aerolíneas, dando sustos a los pasajeros o lo que es peor: causando innecesarias tragedias.
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