No sé qué parte de necesidad de presupuesto no queda claro, me refiero a los presupuestos, que, como parte de un organismo de gobierno, cualquier entidad de este debe tener para operar adecuadamente. Quizá bien ganado el mote o no, quizá la desconfianza viene de hace mucho más tiempo que de este gobierno, a lo mejor se trata de un simple reflejo, producto de la desconfianza acumulada a que cualquier gobierno está sujeto. Lo que es una realidad es que los organismos del gobierno, empresas, paraestatales, desconcentradas o descentralizadas necesitan de presupuesto para funcionar, algunas requieren cantidades muy altas, otras no tanto, pero si no cuentan con recursos no es posible que trabajen y mucho menos que den resultados.
No pretendo, con este artículo, resolver los problemas de credibilidad, de apariencia o de fondo, que las empresas de los gobiernos, de la modalidad que se quiera, tengan, que por algo se lo ganaron, tuvieron oportunidad de hacer las cosas bien, pero por alguna razón, clara u obscura no lo hicieron. El gran sacrificado es el usuario, es quien recibe la mala atención, la demora en algún trámite o la cancelación de algún otro, pero, finalmente es la parte más delgada del hilo y, es precisamente de ahí que se romperá este hilo, según versa el viejo dicho. Este problema, generado, no por él, me refiero al usuario, repercute en el buen funcionamiento de su negocio, llámese compañía de aviación, taller de reparación, institución de capacitación, y una larga fila de etcéteras.
La propia forma en cómo se aplican los presupuestos a las entidades federativas es, a la vista de todos, aberrante, uno pensaría que, como una empresa normal, privada, generas recursos y tienes recursos, los cuales deben ser suficientes para, cubrir tus gastos y dar lugar a utilidades, es obvio que el funcionamiento de una empresa es mucho más complejo de lo que aquí planteo, pero nos sirve para entender un poco mejor lo que sucede con los presupuestos. Resulta que la asignación de recursos que, a mi manera de ver las cosas no es la más ortodoxa, en lugar de que las cantidades partan de un análisis basado en la eficiencia que se debe tener en alguna organización esto se hace de manera poco clara y la cantidad de recursos que se asigna a los organismos de gobierno no permiten que se logre esa eficiencia.
Entiendo la falta de credibilidad, que desde adentro o desde afuera, se han ganado muchos organismos del gobierno, y no de este, eh, qué conste, sino de hace muchos gobiernos que hemos tenido en este país, del color que se quiera. No obstante, lo que es un hecho es que todos los organismos del gobierno requieren dinero para funcionar y si no tienen la cantidad adecuada pues simplemente no van a poder hacerlo. Por otro lado, debemos reconocer que hay empresas del gobierno que generan mucho más dinero que el que se les asigna, esto es entendible desde el punto de vista de que el gobierno debe cubrir las necesidades de todo un pueblo a pesar de que no todo sea negocio. El resultado es que se tienen empresas deficitarias en muchos casos y se presta a que aparezca el cáncer ese que sufrimos los mexicanos desde hace mucho, pero, mucho tiempo que se llama corrupción.
Por otro lado, cabe mencionar que hay empresas muy especializadas que tienen necesidad de una cantidad de recursos que puede no ser creíble por toda la comunidad que no se dedica a alguna actividad en especial. Pero para esto es indispensable que se vigile esta asignación de recursos desde los órganos de fiscalización que tienen todos los países del mundo y, por supuesto, que el nuestro cuenta con estos. En una palabra, ya es tiempo de que se separe lo político de lo necesario para que un país funcione de manera eficiente y proporcione el servicio que la población requiere. La aviación es una de esas actividades que requiere de recursos considerables y no puede estar viviendo de “lo que les toque”, como es el caso actual. ¿Cuál es el resultado? Simplemente que tenemos un sector aeronáutico carente de lo necesario para su buen funcionamiento, unas autoridades que generan cuatro veces más de lo que les es asignado y por este motivo no pueden realizar la delicada labor que están obligadas a realizar. Cuentan con personal muy mal pagado que, como lo haría cualquier ser humano con dos dedos de frente, está buscando hacerse de experiencia y en la primera oportunidad emigrar hacia trabajos más justamente pagados.
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