“La necedad es la madre de todos los males” - Cicerón
Aunque desde hace un par años ha habido mucha información relacionada con el sistema Aeroportuario Metropolitano en el Valle de México, ha sido últimamente cuando más se ha hablado en redes y medios sobre el tema que involucra principalmente al aeropuerto de Santa Lucia.
Este aeropuerto está programado para ser inaugurado en marzo del año que entra y hoy, de acuerdo con información en medios, se encuentra en un 70% de avance por lo que, de acuerdo con arquitectos e ingenieros independientes, será imposible terminarlo totalmente para la fecha pretendida.
Como sea, el aeropuerto va a ser inaugurado a como dé lugar con bombo y platillo el 21 de marzo del 2022 porque así lo ha decidido el gobierno mexicano y a eso se ha comprometido la Secretaria de la Defensa Nacional, encargada de la construcción y de su futura administración.
Por otra parte ya se está tratando de echar a volar una nueva aerolínea cooperativa entre un empresario privado, ex trabajadores de Mexicana de Aviación y gobierno para que opere desde Santa Lucía proyecto que, por cierto, no se ve muy claro todavía.
También se están imponiendo restricciones de operación en el aeropuerto Benito Juárez lo que parece estar pensado para obligar a las aerolíneas a volar a y desde Santa Lucia las cuales, y a pesar de las declaraciones de los altos mandos del ejército encargados del proyecto, no están muy convencidas de hacerlo y otras aerolíneas de plano ya incluso se han negado abiertamente aunque próximamente veremos algunos movimientos a la T1 y de ahí a Lucía con un costo estratosférico para aerolíneas y pasajeros.
En fin, todos los días y desde hace tiempo, los especialistas no dejan de hablar de los problemas técnicos, económicos, logísticos y también políticos que rodean la construcción del aeropuerto de Santa Lucía y las consecuencias de haber cancelado el aeropuerto de Texcoco cuando este ya en nuestros días hubiera entrado en operación y pintaba para ser un aeropuerto de calidad mundial.
Más información surge día a día sobre los grandes problemas que representa el plan aeroportuario metropolitano que, al principio contemplaba la remodelación del aeropuerto Benito Juárez así como la construcción de su terminal 3, lo cual por cierto, se encuentra en veremos.
También en el plan original se proyectaba la reactivación del aeropuerto de Toluca, pero el proyecto está completamente abandonado por la aviación comercial y vive apenas gracias a la aviación ejecutiva.
Tremendo problema adicional es el que existe con la administración del espacio aéreo y los procedimientos de control y de llegadas y salidas de aeronaves que se pretende establecer para los tres aeropuertos y que ya también enfrenta demandas ciudadanas por exceso de ruido en las partes altas de la ciudad de México.
Aunque los procedimientos ya han sido revisados por especialistas que incluso han realizado vuelos reales y en simuladores, todavía falta ver los problemas que se pueden presentar en la práctica diaria con al menos 80 aeronaves entrando y saliendo cada hora y en condiciones adversas de mal tiempo y sobrevolando las zonas altas de la capital del país sobre un valle rodeado por montañas.
Problema adicional, muy serio y del que se tienen pocas noticias, es el que se refiere a la conectividad terrestre de pasajeros, equipaje, carga e insumos entre los tres aeropuertos cuando aún no existen las vías y vehículos rápidos adecuados para poder mover los 80 millones de pasajeros anuales que en principio se pretenden.
Definitivamente el plan metropolitano de aeropuertos no se ve como se pensó ni como fue proyectado y el aeropuerto de Santa Lucía no pinta para ser de ninguna manera una obra maestra de la arquitectura aeroportuaria mundial que pueda ser comparado con los aeropuertos más modernos del planeta aunque algunos insisten en ello.
Solo comparar los proyectos y los aeropuertos ya terminados en el Medio Oriente, en China o en otras partes del mundo dejan ver al Felipe Ángeles como un simple aeródromo local cuando el proyecto inicial de Texcoco hubiera sido un hub aéreo internacional comparable con cualquier aeropuerto de nivel internacional con todas las ventajas económicas, sociales y hasta políticas que esto pudo significar.
Cuando se habla de un aeropuerto internacional se habla de uno que cumpla con los requisitos arquitectónicos relacionados con la infraestructura que son necesarios para la óptima aplicación de las medidas de seguridad de la aviación civil internacional y hablamos no solo de una construcción adecuada y pensada para muchos años, sino en la comodidad, fácil y rápido acceso y movimiento para pasajeros equipaje, carga e insumos así como una estructura que garantice eficiencia operativa, seguridad y conveniencia para el desarrollo de las aerolíneas.
Un aeropuerto internacional debe contar con un sistema de control de tráfico aéreo y equipo modernos de la más alta tecnología y procedimientos de entrada y salida de aeronaves bien planeados y desde luego con personal bien entrenado y con experiencia para garantizar la seguridad de miles de pasajeros que se transportan por aire cada día.
Como ya hemos dicho, no hay duda de que el aeropuerto de Santa Lucía será inaugurado, sin importar su avance real en marzo próximo porque esa ha sido la orden y tampoco hay duda de que algunas aerolíneas nacionales serán “invitadas” a operar en este aeropuerto, aunque lo hagan con aviones vacíos y deban enfrentar el alto costo de operación como consecuencia.
Sin embargo hay que recordar que todavía está pendiente la certificación oficial por parte de OACI y la aprobación de FAA de Estados Unidos y de otras agencias internacionales para que permitan a sus aerolíneas la operación en el aeropuerto de Lucía y falta ver cuantas de esas aerolíneas van a aceptar los altos costos de operación que se pueden prever.
Aparte de la necesaria certificación de AFAC, en la parte “Certificación de aeropuertos” en anexo 14 de OACI (1.4.4) se establece:
“Como parte del proceso de certificación los estados miembros garantizarán que antes del otorgamiento del certificado el solicitante presente para que sea aprobado un manual que incluya toda la información correspondiente sobre el sitio del aeropuerto, sus instalaciones y servicios, su equipo, sus procedimientos operacionales, su organización y su administración incluyendo un sistema de gestión de seguridad operacional”.
Esperaríamos que este documento también esté listo para ser entregado antes de marzo próximo cumpliendo con la recomendación de OACI.
Por ahora se siguen viendo todo tipo de problemas que incluyen mayores costos de construcción a los presupuestados en un principio y la prisa para terminar el proyecto en marzo del 2022 lo que en un momento dado puede traer problemas adicionales.
Como caminan las cosas quizá en el futuro veamos el que ya es un monumento al desperdicio y a la necedad en Texcoco a un costo de miles de millones de pesos, un aeropuerto internacional Benito Juárez que seguirá siendo antiguo, congestionado, ineficiente e insuficiente, un aeropuerto de Toluca que siga abandonado por la aviación comercial debido a los altos costos de combustible y de operación y un aeropuerto de Santa Lucía aislado y convertido en la base aérea militar más grande de Latinoamérica.
Ojalá que estemos equivocados.
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