Hace unos días, un buen amigo me pregunto que es una "ida al aire” y cuál era su diferencia con una "aproximación fallida". La forma más simple de explicarlo es que la ida al aire se efectúa cuando la aproximación se lleva a cabo en condiciones visuales y la aproximación fallida se emprende por medio de instrumentos.
Como sea, ambos procedimientos son practicados por todos los aviadores del mundo en los simuladores, durante sus adiestramientos a lo largo de su vida profesional. Cuando éstos se llevan a cabo durante un vuelo real, son consideradas como maniobras de seguridad normales y técnicamente sencillas de llevar a cabo, aunque la mayoría de los pasajeros sufren el susto del viaje al momento de vivirlo, especialmente si el avión se encuentra cerca del suelo o aún después de haber tocado la pista, cuando se inicia la maniobra.
Las razones para descontinuar un aterrizaje son muy variadas: la pista se encuentra ocupada por otra aeronave, hay prevalencia de vientos fuertes y arrachados, tormentas sobre el aeropuerto, parvadas, aproximación inestable en velocidad, altitud o actitud, entre otras. Pero cuando un piloto hace estas maniobras, siempre lo hace pensando en la seguridad de todos a bordo.
Por eso, resulta incomprensible enterarnos de incidentes o accidentes causados por la decisión de continuar una aproximación y realizar el aterrizaje cuando el piloto está perfectamente consciente de que las condiciones de un aterrizaje seguro no están garantizadas, aun teniendo a la mano una maniobra tan fácil de realizar y segura como es la simple ida al aire.
Una de las panorámicas más gratas que puede tener un piloto desde su cabina de mando es esa cuando se encuentra en frente de la pista iluminada en su aeropuerto de destino, después haber trabajado arduamente. El prospecto de aterrizaje simboliza un momento muy especial, porque, en la mente de cualquier aviador, es la representación total y completa de que hasta ese momento se ha hecho lo correcto y lo adecuado para llegar a su destino.
Por otra parte, de acuerdo a varios estudios médicos, este es el momento cuando más se siente el cansancio y brincan, de manera inconsciente en la mente de los pilotos, todo tipo de pensamientos como la extensión de la jornada de trabajo, la afectación a su secuencia de vuelo y descansos, el costo del combustible o las demoras después de haber tenido que haber realizado una maniobra ida al aire o incluso volar a un aeropuerto alterno.
Son estos los pensamientos que pueden desconcentrar al piloto, afectar su sentido común y hacer que salga el conocido "mach man" -que todos llevamos dentro-, ósea cuando uno dice "yo puedo hacer esto" a pesar de saber, a ciencia cierta y con base a su experiencia, que las condiciones no son seguras para realizar un aterrizaje.
Solo las situaciones de emergencia graves, como por ejemplo la falta de combustible, un fuego de motor o un incendio a bordo, los que pueden obligar al piloto al mando a tomar la decisión de si continuará con su aterrizaje, a pesar de que las condiciones de tiempo adversas o de cualquier otra índole afecten el vuelo del avión.
De acuerdo a estadísticas, la mayor parte de los incidentes y los accidentes aéreos más graves han sucedido, y siguen sucediendo, durante las aproximaciones para aterrizar maniobrando un avión en perfectas condiciones mecánicas, al mando de tripulaciones expertas y bien entrenadas. Sin embargo, muchos de ellos pudieron haberse evitado simplemente efectuando una maniobra tan normal como la ida aire o la aproximación fallida.
En el mes de agosto de 1985, se registró uno de los accidentes aéreos más recordados de la historia cuando un avión L-1011 trataba de aterrizar en la pista del aeropuerto de Dallas durante una severa tormenta. Este accidente causó la muerte de más de 136 personas, incluyendo a los pasajeros y a toda la tripulación. El dictamen final de la causa del accidente fue un "error de piloto", ya que no fue capaz de reconocer el peligro que representaba este tipo de condiciones y por no haber efectuado una ida al aire a tiempo antes de acercarse al terreno. Por lo tanto, la pregunta continúa:
¿Qué es eso que obliga a un piloto con experiencia, entrenamiento y habilidad técnica a llevar una aeronave en perfectas condiciones mecánicas, repleto de pasajeros, directo a una situación de peligro?
Este accidente les abrió los ojos a los profesionales de la industria e iniciaron, con seriedad, los estudios técnicos y psicológicos sobre este fenómeno de vuelo Controlado Colisionando Contra el Terreno (CFIT), los cuales continúan en la actualidad, trayendo una gran cantidad de información y recomendaciones oficiales para evitar accidentes fatales durante aterrizajes, tanto en condiciones inmejorables de tiempo como cuando son definitivamente adversas.
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