Entre los múltiples asuntos pendientes en el derecho espacial, en el contexto de la Nueva Carrera Espacial (NCE) al espacio profundo -que inician en la Luna, Marte y más allá-, la ética médica en los vuelos espaciales comerciales representa un intrincado asunto por resolver que implica navegar por una compleja interacción entre la búsqueda del conocimiento científico, el bienestar de los astronautas, el potencial de beneficio comercial y la responsabilidad de garantizar la seguridad y el consentimiento informado. A medida que la humanidad se adentra en una era de mayor interés e inversión en la exploración espacial, las consideraciones éticas y la regulación en este ámbito se hacen aún más apremiantes. Por lo cual es necesario generar una nueva regulación acorde al desarrollo científico tecnológico particularmente en los vuelos espaciales comerciales y con visión de largo plazo.
En un comentario que aparece en la revista Science, en su edición del pasado 28 de septiembre, un panel de expertos concluyó que “Se necesitan nuevas directrices para garantizar que la investigación con seres humanos realizada en vuelos espaciales comerciales se realice de forma ética”. El panel pide que se formule un marco ético, basado la investigación humana terrestre que se fundamenta en cuatro principios rectores: responsabilidad social, excelencia científica, proporcionalidad y gestión global, aplicable a la realización responsable de investigaciones en vuelos espaciales comerciales, que asegure que "todos disfruten de los beneficios de la exploración espacial humana". A partir de esa propuesta, a continuación analizo algunos aspectos relevantes relacionados con la misma.
Al hablar de vuelos espaciales comerciales, me refiero a los viajes espaciales tripulados realizados por empresas u organizaciones privadas con fines comerciales, como el turismo, la investigación o la extracción y explotación de recursos minerales de los cuerpos celestes. Lo anterior contrasta con los vuelos espaciales tradicionales que conocemos a través de los medios de comunicación, impulsados principalmente por agencias espaciales gubernamentales (NASA, ESA, ISRO, CNSA, JAXA, etc).
A medida que los vuelos espaciales comerciales se vuelven más accesibles para las grandes corporaciones espaciales (SpaceX, Blue Origin, Virgin Galactic, ULA, Loockheed Martin, Northrop Grumman, Airbus defense y Boeing, entre otras), con intereses en los negocios en ciernes en el espacio profundo, surgen diversos desafíos éticos, entre los que podemos destacar los siguientes:
1. El consentimiento informado: es una piedra angular de la ética médica y legal, ya que garantiza que las personas comprendan los riesgos y beneficios potenciales de participar en investigaciones o actividades “experimentales”. En los vuelos espaciales comerciales que hasta ahora conocemos (turismo espacial, esencialmente), los participantes, a menudo clientes de pago, deben estar plenamente informados de los posibles riesgos para la salud asociados a los viajes espaciales. Esto incluye la exposición a la radiación, altas y bajas temperaturas, los problemas musculoesqueléticos, los efectos psicológicos entre otros problemas de salud, asociados con la microgravedad y la exposición al medio ambiente espacial, fuera del escudo protector de la atmosfera terrestre. Además, deben evaluarse cuidadosamente la voluntad (en la mayoría de los casos, de carácter voluntario) y la autenticidad del consentimiento, teniendo en cuenta las posibles presiones y expectativas ofrecidas, impuestas por la naturaleza comercial de las empresas privadas.
2. La salud y la seguridad de los viajeros espaciales son primordiales. Los efectos a largo plazo de los viajes espaciales en el cuerpo humano aún no se conocen del todo, por lo que es esencial dar prioridad al bienestar de los astronautas y otros integrantes de la tripulación. El equilibrio entre el afán de lucro y el deber de minimizar los riesgos para la vida y la salud humanas plantea amplios y variados problemas éticos. La formación adecuada, las evaluaciones médicas y el acceso a la atención médica durante la misión completa son componentes cruciales para abordar tales desafíos éticos en la investigación en vuelos espaciales.
3. El acceso equitativo: la comercialización del espacio plantea problemas serios relacionados con la premisa del acceso equitativo. En ese orden de ideas, el ineludible cuestionamiento es ¿debe reservarse el espacio a los ricos y privilegiados, o existe la obligación ética de garantizar que los viajes espaciales sean accesibles a un espectro más amplio de la sociedad? Lograr un equilibrio entre la viabilidad comercial y la equidad en el acceso es, sin duda alguna, un importante dilema ético.
4. El impacto medioambiental: es ampliamente reconocido, tanto en la comunidad científica, gobiernos, empresas y sociedad en general, que los viajes espaciales tienen un alto impacto medioambiental, desde el lanzamiento de cohetes (en la Tierra) hasta los desechos espaciales que se generan (en el espacio). Las consideraciones éticas deben incluir urgentemente el minimizar la contaminación y considerar la sostenibilidad a largo plazo de las actividades espaciales comerciales. Mientras no se limpie la gran cantidad de basura espacial existente en las orbitas (baja, media y geo sincrónica), el síndrome de Kessler continúa representando una amenaza latente para cualquier misión espacial futura. De ahí que una de las exigencias más apremiantes para la regulación espacial sea que las empresas deben responsabilizarse de aplicar prácticas respetuosas con el medio ambiente en todas sus operaciones, tanto en la Tierra como en el espacio ultraterrestre.
5. Comercialización del espacio (explotación y lucro): existe una amplia preocupación ética por la exploración/explotación del espacio y los cuerpos celestes con fines lucrativos, lo que puede dar lugar a conflictos entre las Spacefaring nations (Estados Unidos, China y Rusia, además de sus respectivos socios en los bloques espaciales emergentes), sobre la propiedad y la extracción de recursos in situ (ISRU); al no existir una organización internacional del espacio ni un tratado multilateral que establezca normas claras al respecto.
6. Colaboración y regulación internacionales: la colaboración y la regulación internacionales son cruciales para garantizar prácticas éticas en los vuelos espaciales comerciales. El establecimiento de normas, directrices y acuerdos multilaterales puede ayudar a abordar las disparidades en materia de seguridad (safety & security), conducta ética y acceso. Los acuerdos Artemis (Soft Law) son tan solo un paliativo aplicable a los países del bloque que lo suscriben. Por ello, es urgente legislar, en principio, desde la UN COPUOS (mientras no se cuente con una organización internacional del espacio), a fin de lograr un equilibrio entre los intereses comerciales y el uso responsable de los recursos espaciales, lo cual es un reto ético inaplazable e insoslayable.
7. Seguimiento de la salud a largo plazo: garantizar un seguimiento adecuado y un control de la salud a largo plazo de los viajeros espaciales comerciales (incluidos los tripulantes) es una obligación ética. Comprender los efectos a largo plazo de los viajes espaciales en la salud humana es esencial para mejorar la seguridad y para posibles misiones futuras.
8. Salud pública y fondos públicos: la asignación de fondos públicos a actividades espaciales comerciales plantea relevantes cuestiones éticas. ¿Deberían utilizarse fondos públicos para subvencionar empresas espaciales comerciales, especialmente cuando existen problemas apremiantes de salud pública en la Tierra que requieren financiación y atención? Una cuestión que debe resolverse en el corto plazo, dados los calendarios establecidos para el envío de misiones tripuladas a la Luna y Marte, por parte de las agencias espaciales (gobiernos) y las empresas (SpaceX y Blue Origin, entre muchas otras).
La enorme inversión pública y privada en investigación científica ha permitido al sector de los vuelos espaciales comerciales ampliar las oportunidades en el espacio más allá de las misiones patrocinadas tradicionalmente por los gobiernos a través de sus agencias. Las grandes corporaciones espaciales comerciales buscan llevar al espacio ultraterrestre a miles de participantes en vuelos espaciales comerciales y tripulantes en las próximas décadas. Aunque el futuro de los vuelos espaciales comerciales seguros depende de una investigación rigurosa, amplia e integradora, la realización ética de dicha investigación se complica por la incertidumbre científica, los elevados riesgos que conlleva y la escasa definición de regulación multilateral de supervisión ética de la investigación en el sector de los vuelos espaciales comerciales. A pesar de ello, ahora -aún- es un momento oportuno para desarrollar una regulación clara para la investigación ética, mientras que las actividades espaciales están aumentando y el andamiaje normativo para los vuelos espaciales comerciales se está configurando activamente desde iniciativas gubernamentales unilaterales (soft law), en beneficio de las grandes corporaciones espaciales. Como puede observarse, las consideraciones éticas en los vuelos espaciales comerciales abarcan diversos aspectos, abordar en este momento estos desafíos éticos desde una perspectiva legal será fundamental para el futuro de la exploración espacial, garantizando que siga siendo un motor para el bienestar y progreso de toda la humanidad.
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