Como parte integral del grupo de trabajo One ID de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y defensor de la visión de un estándar digital para toda la industria por parte de la Organización de Aviación Civil Internacional, SITA, proveedor mundial de TI, desempeña un papel crucial en la configuración del futuro del transporte aéreo.
Su labor no se limita a eso, sino que se adentra en el núcleo mismo del transporte aéreo, definiendo normas sectoriales, garantizando la excelencia en los servicios y proporcionando la infraestructura necesaria para hacer realidad la visión de viajar sin contacto.
La biometría representa un ejemplo elocuente de esta visión. Al facilitar una experiencia de viaje rápida y segura desde el principio hasta el final, donde los pasajeros pueden utilizar su rostro como tarjeta de embarque e identificación de viaje, SITA no solo impulsa esta emocionante evolución, sino que también establece un nuevo estándar de excelencia.
Más de 450 aeropuertos utilizan la solución de procesamiento de pasajeros de nueva generación, SITA Flex, mientras que la solución SITA Smart Path es implementada en 41 aeropuertos, con alrededor de 4,600 puntos de contacto, logrando reducir el tiempo de embarque en un 30%.
Para los gobiernos, las tecnologías biométricas son fundamentales para proteger las fronteras, controlar la inmigración ilegal y prevenir el uso fraudulento de documentos de identidad.
Por otro lado, para aerolíneas y aeropuertos, la optimización de los procesos permite gestionar mayores volúmenes de pasajeros de manera más eficiente, al tiempo que mejora la experiencia del usuario y reduce los costos.
Durante los últimos 25 años, SITA invierte en apoyar las necesidades de los gobiernos y sus requisitos específicos de seguridad fronteriza.
Más de 70 gobiernos confían en SITA para ayudarles a identificar posibles amenazas a la seguridad de manera rápida y eficaz, así como para autorizar la entrada de viajeros en tiempo real.
La introducción de la biometría en los procesos de facturación, seguridad y embarque en el aeropuerto de Fráncfort, por ejemplo, mejoró los tiempos de procesamiento de pasajeros en un 30%, lo que permite al aeropuerto reducir el espacio dedicado a la facturación.
Con la biometría, la seguridad se fortalece y la identificación temprana de pasajeros no aptos para el país de destino se convierte en una realidad. Para las aerolíneas, las multas por pasajeros no admitidos representan un costo significativo, con sanciones que pueden alcanzar los 10,000 dólares.
Según la IATA, aunque los pasajeros no admitidos representan menos del 1% de los viajeros a nivel mundial, estas transgresiones pueden suponer un gran costo para las compañías aéreas, con algunas de las más importantes soportando multas de unos 2 millones de dólares al año.
Para los viajeros, la facilidad y comodidad de un viaje digitalizado resulta atractiva, especialmente cuando el uso de dispositivos y tecnología digital se hace omnipresente. De hecho, se estima que para este año, el 66% de los pasajeros que posean un smartphone ya utilizarán sus teléfonos móviles con fines de autenticación biométrica.
Sin embargo, para mantenerse a la altura de las demandas de los consumidores en cuanto a seguridad y digitalización del viaje, el sector del transporte aéreo necesita crear un ecosistema de apoyo que pueda respaldar estos cambios generalizados.
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