El Aeropuerto de Bruselas y skeyes anunciaron una inversión para desarrollar nuevos procedimientos de aterrizaje que puedan mejorar la calidad medioambiental local.
Dicha investigación cuenta con el apoyo de la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol) y uno de los componentes del proyecto HERON, dirigido por Airbus.
Este proyecto analizará si los aterrizajes con gradientes de descenso más pronunciados presentan ventajas en términos de reducción del impacto acústico local, así como de las emisiones de CO2 y el consumo de combustible.
En el proyecto participan skeyes y Brussels Airport desde hace años en proyectos del programa SESAR (Single European Sky ATM Research), pilar tecnológico del Cielo Único Europeo. El programa SESAR pretende mejorar la gestión del espacio aéreo modernizando y armonizando las tecnologías y sistemas de gestión del tráfico aéreo.
Por su parte, HERON pretende llevar a cabo una serie de ambiciosos desarrollos y pruebas para reducir el ruido, los retrasos en los vuelos, el consumo de combustible y las emisiones de CO2 del transporte aéreo proponiendo medidas de reducción, entre ellas operaciones de vuelo más eficientes.
Además, HERON incluye 26 socios de 11 países y cuenta con el apoyo de seis compañías aéreas, ocho proveedores de servicios de navegación aérea y cinco aeropuertos de toda Europa.
Skeyes y Brussels Airport Company buscan contribuir al proyecto validando demostraciones operativas de vuelo de aproximaciones ecológicas mediante la introducción de "Increased Second Glide Slopes (ISGS)" en dos pistas. (Aproximaciones con un ángulo de descenso de 3.2 - 3.5 grados en lugar de 3.0 grados).
El aumento de las segundas pendientes de planeo (ISGS) es una solución operativa validada en el programa SESAR y pretende aportar beneficios en términos de impacto acústico y, en menor medida, de consumo de combustible. Será la primera vez que se pruebe en un entorno plenamente operativo.
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