Por Paola Flores
Ante la propagación del coronavirus 2019 (2019-nCoV), Jorge Baruch Díaz, doctor y jefe de la Clínica del Viajero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que es difícil que un pasajero presente síntomas de esta enfermedad estando en el aeropuerto.
“En un aeropuerto, la probabilidad que un pasajero presente síntomas del coronavirus es muy baja, porque el período de incubación es de cinco días. Un vuelo de China a México dura en promedio 24 a 36 horas. Se presentarán signos o síntomas en las comunidades donde habitan”, indicó el doctor.
De igual forma, señaló que si bien no se restringen los viajes a China, es indispensable para los pasajeros evaluar la pertinencia del vuelo y de ser posible, posponerlo en caso que el nivel de alerta sea ALTO.
Sin embargo, la posibilidad de viajar a China en este momento, vía aérea, es complicada. Esto debido a que más de una docena de aerolíneas a nivel internacional han suspendido temporalmente sus vuelos a este país.
Además, Estados Unidos restringió la entrada a su territorio de personas que en un lapso de 14 días previos estuviera en China.
El doctor dijo que la Secretaría de Salud (Ssa) recomendó cancelar todos los vuelos no esenciales al país asiático, sin embargo, recordó que dicha entidad se encuentra en los primeros lugares de viajes de negocios y estudiantil, lo que propicia que algunos servicios no se puedan suspender.
En estos casos, los pasajeros deben cumplir con todos los requisitos sanitarios que marcan las autoridades.
En ese sentido, la clínica implementó medidas enfocadas a informar y responder dudas relacionadas con el tema, así como la elaboración de una guía dirigida a estudiantes y viajeros de negocios sobre qué hacer antes, durante y a su regreso del viaje a China.
Así, entre las medidas previas, el doctor Díaz resaltó la importancia de actualizar el esquema de vacunación contra influenza (una dosis en un lapso de seis meses) y sarampión.
Otros actos que deben realizar las personas interesadas en viajar a China, es no tomar un vuelo internacional en caso de estar enfermo o presentar signos de malestar, mantener una higiene permanente en manos durante al menos 20 segundos, usar un desinfectante para manos a base de alcohol.
Una vez que lleguen a México, establecer contacto con las autoridades de manera responsable, para cumplir con las medidas migratorias y sanitarias, mantenerse alerta dentro de los siguientes 14 días, y evitar acudir a lugares de concentración masiva.
De acuerdo a los datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la nación asiática mantiene un flujo constante de visitantes tanto de negocios como estudiantil (país que es el principal destino origen de estudiantes mexicanos y extranjeros en y desde Asia).
Las cifras económicas de 2019 del país indican que China representa casi el 10% del comercio total con México (el principal socio es Estados Unidos con más del 60%), esto pese a que no hay un tratado de libre comercio entre ambos países; la nación asiática es el segundo socio de México, cuarto destino de exportaciones, segundo proveedor de importaciones, entre otros.
De ahí la importancia de cuidar el mercado.
Cabe señalar que en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), existen tres instancias que se dedican a la salud: Servicios de Urgencias, la Unidad de Sanidad Internacional y la Clínica, la cual se enfoca en la medicina preventiva: atender a los viajeros antes de que salgan y emitir todas las recomendaciones de salud pertinente a su itinerario, características, actividades, entre otras.
¿Y los aeropuertos?
Para Juan Antonio José, especialista de la industria aérea, es importante que los aeropuertos internacionales equilibren el rendimiento con las medidas sanitarias, es decir, ante su gran demanda, deben dinamizar los procesos de manera correcta y sin demoras.
“El gran reto que tienen los aeropuertos es blindar a la soberanía, al país contra una amenaza, pero no entorpecer más de lo debido el libre tránsito de las personas; a eso se llama facilitación del aerotransporte”.
Esto en relación con el Anexo 17 del Convenio sobre Aviación Civil Internacional, que habla sobre seguridad; el apartado 2.3, “Seguridad y facilitación” explica:
“Cada Estado debería disponer que, en la medida de lo posible, los controles y procedimientos de seguridad causen un mínimo de interferencia o demoras en las actividades de la aviación civil, siempre que no se comprometa la eficacia de esos controles y procedimientos”.
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