
El contrato de un piloto o de un tripulante de cabina no debería representar un riesgo para la seguridad, pero con demasiada frecuencia todavía lo es. Un nuevo y relevante estudio de la Unión Europea advierte que los empleos precarios en la aviación están socavando tanto el bienestar de las tripulaciones como la cultura de seguridad en las aerolíneas.
Diez años después del estudio publicado en 2015 por la Universidad de Gante sobre el aumento de contratos “atípicos” para pilotos, el informe de seguimiento revela que la inseguridad, la fatiga y el estrés se han extendido a toda la industria.
El nuevo informe, titulado UGent 2.0-Desafíos sociales en evolución para las tripulaciones aéreas y la necesidad de una respuesta regulatoria, fue financiado por la Comisión Europea y se basa en respuestas de miles de pilotos y tripulantes de cabina de más de 100 aerolíneas encuestadas en 2024.
El estudio encontró que el 10.3% del personal de vuelo en Europa está empleado de forma atípica (incluido un 5.8% como autónomos), y que la mayoría de estos trabajadores se concentra en aerolíneas que ofrecen servicios de wet lease (arrendamiento húmedo) y en compañías de bajo costo.
Las tripulaciones con contratos atípicos siguen enfrentando mayor inseguridad laboral, menor protección sindical y menos disposición a reportar fatiga o riesgos para la seguridad.
Más del 40% de la tripulación afirmó que su contrato influye en su capacidad para tomar decisiones críticas de seguridad, mientras que entre el 35 y 45% reconoció que evita reportar fatiga o problemas de salud por temor a afectar su carrera. De forma alarmante, más del 10% admitió abiertamente que no informa incidentes de seguridad en absoluto.
De manera crucial, el informe advierte que estos desafíos, antes limitados a contratos atípicos, ahora afectan a todo el sector. Incluso el personal contratado directamente por aerolíneas tradicionales reporta un aumento en el estrés relacionado con los horarios, la fatiga y la salud mental.
Los tripulantes de cabina, incluidos por primera vez en el estudio, se muestran particularmente vulnerables. Además, el personal más joven reporta los mayores niveles de estrés y los sistemas de apoyo más débiles. En general, la mayoría de los encuestados describió a su aerolínea como deshumanizante, tratándolos como números en lugar de profesionales.
El profesor Dr. Yves Jorens y la Dra. Lien Valcke, autores del estudio, presentaron los resultados en una conferencia realizada en Gante (Bélgica) el 26 de septiembre.
“Las condiciones laborales ya no son solo un tema social: tienen un impacto en la seguridad, el bienestar y la fatiga, ¡todo está interrelacionado! Sin empleo justo y estable, no podemos sostener un sector de aviación europeo seguro y resiliente”, afirmó Jorens.
El informe también señala vacíos persistentes en la legislación de la UE. Más de 1 de cada 10 tripulantes, y en algunos casos más de un tercio, reportó que su base oficial de operaciones (según contrato) no coincide con su realidad operativa, lo que plantea preocupaciones serias sobre estrategias abusivas para evadir impuestos, seguridad social y otras normativas laborales.
Las tripulaciones con base en Europa del Este reportan culturas de seguridad especialmente débiles, mientras que los operadores de wet lease, aunque representan una pequeña parte de la fuerza laboral, concentran casi un tercio de las inconsistencias contractuales más graves.
Para abordar estos desafíos, los autores hacen un llamado urgente a implementar medidas a nivel de la UE que fortalezcan la protección del empleo, hagan cumplir las reglas sobre base de operaciones, integren el bienestar en la gestión de seguridad, y mejoren la representación colectiva para que todas las tripulaciones tengan voz en la definición de sus condiciones laborales.
Dado que la Comisión Europea actualmente está evaluando la revisión del Reglamento (CE) 1008/2008 – conocido como Reglamento de Servicios Aéreos – esta sería una oportunidad para corregir algunas de las fallas normativas, por ejemplo, incluyendo una definición clara de base de operaciones y base contractual.
El estudio UGent 2.0 fue realizado por la Universidad de Gante en cooperación con la Asociación Europea de Pilotos (ECA), la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF) y la Asociación de Aerolíneas de Red Europeas (ENAA), con financiación de la Comisión Europea.







