El Consejo Internacional de Aeropuertos para Europa (ACI Europa) y Airlines for Europe (A4E), los principales organismos que representan a los aeropuertos y aerolíneas del continente, se sumaron a las voces del sector a nivel global en su rechazo a las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Impuestos de Solidaridad Global, que propone gravar el transporte aéreo para recaudar fondos destinados al desarrollo internacional.
“Imponer impuestos a la aviación equivale a infligirse un daño socioeconómico y es una medida contraproducente tanto para el desarrollo como para la acción climática; no podemos suavizar nuestras palabras al denunciar esta nueva propuesta”, declaró Olivier Jankovec, director general de ACI Europa.
Afirmó que se ignora que lo que distingue a la aviación de otros sectores es su capacidad de impulsar la actividad económica y generar beneficios sociales diversos, desde la reducción de la pobreza hasta la igualdad de género y la educación de calidad.
“Además, entorpecerá nuestro progreso hacia el objetivo común de emisiones netas cero, al desviar fondos que el sector necesita con urgencia. Tratar a la conectividad aérea como una fuente fácil de ingresos es otra muestra de miopía gubernamental”, agregó.
Por su parte, Ourania Georgoutsakou, directora general de A4E, señaló que las aerolíneas europeas ya recaudan múltiples impuestos y gravámenes a nivel local, nacional e internacional, y asumen el costo ambiental del transporte aéreo, ya sea a través del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (EU ETS) o mediante grandes inversiones en nuevas aeronaves y combustibles sostenibles de aviación (SAF).
“Un nuevo impuesto sobre los pasajeros premium solo acentuará la desigualdad en el mercado, desviará fondos clave para la transición hacia emisiones netas cero y, al final, aumentará el costo de volar para todos”.
La propuesta de un Impuesto Solidario Global sobre los viajes aéreos señala injustamente al sector de la aviación e ignora el papel crucial que desempeña la conectividad aérea en el desarrollo global, la cohesión y la prosperidad, especialmente en los países en desarrollo.
Solo en Europa, un aumento del 10% en la conectividad aérea se asocia con un incremento del 0.5% en el PIB per cápita, una reducción del 14% en la pobreza, un aumento del 9% en educación de calidad, del 19% en igualdad de género y del 8.5% en investigación y desarrollo.
Con el compromiso del sector aéreo europeo de alcanzar emisiones netas cero de CO2 para 2050, se estima que serán necesarias inversiones por alrededor de 1.3 billones de euros.
Redirigir el capital potencial destinado a esta transformación verde hacia las arcas fiscales socava ese objetivo. En lugar de respaldar la agenda de descarbonización de la aviación, este impuesto la penaliza, creando una contradicción que dificulta, en lugar de facilitar, el cumplimiento de los objetivos climáticos y de desarrollo.