Los exoesqueletos ya son una realidad en las líneas de ensamblaje final de los aviones de Airbus, donde ayudan a reducir la fatiga de los trabajadores y a prevenir trastornos musculoesqueléticos.
La fabricación de aeronaves implica inherentemente un trabajo físicamente exigente en las líneas de ensamblaje final. Como la seguridad es siempre la máxima prioridad, Airbus mantiene un compromiso constante con la búsqueda de formas de reducir la fatiga de los operarios, disminuir el riesgo de lesiones y mejorar la comodidad.
Una de las soluciones actualmente en estudio en Airbus son los exoesqueletos, dispositivos portátiles que actúan como un esqueleto externo para el operario, brindando soporte adicional y aliviando la presión sobre los músculos. Aunque en las películas parecen soportes todopoderosos capaces de cualquier tarea, en la industria la mayoría de los exoesqueletos están diseñados específicamente para apoyar una sola parte del cuerpo o asistir en un tipo concreto de tarea.
Pese a su emocionante aspecto de ciencia ficción, los exoesqueletos fueron inicialmente recibidos con escepticismo por parte del sector médico a principios de los años 2000, debido a la falta de datos y a la preocupación de que simplemente trasladaran los puntos de dolor. Además, los primeros modelos eran voluminosos y solían ser motorizados, lo que requería baterías pesadas que comprometían la comodidad.
Sin embargo, en los últimos cinco años se han producido avances positivos que han cambiado esta percepción. Estudios del Instituto Nacional de Investigación y Seguridad de Francia (INRS) y de su homólogo canadiense, el IRSST, ofrecieron orientación sobre el uso de exoesqueletos en entornos laborales y los beneficios que pueden aportar.
Estos estudios respaldaron los datos comparativos de otras industrias sobre el uso exitoso de exoesqueletos, justo cuando los dispositivos se volvían más ligeros y fáciles de ajustar. Además, el enfoque industrial ha cambiado de exoesqueletos motorizados a modelos pasivos, es decir, puramente mecánicos y sin necesidad de baterías.
A pesar de estos resultados positivos, en Airbus nadie está obligado a utilizar un exoesqueleto si no lo desea.
La empresa considera estos dispositivos como una solución de último recurso, cuando otras medidas ergonómicas –como la reducción de cargas, rotación de tareas o uso de dispositivos de asistencia– no son factibles o suficientes. Por ello, el programa piloto actual se lleva a cabo de forma voluntaria, siendo el propio operario quien decide si quiere utilizar un exoesqueleto.
Airbus está adoptando un enfoque cauteloso, centrado en los operarios y basado en datos para integrar los exoesqueletos en sus procesos. Como parte del programa piloto, actualmente se están probando 118 exoesqueletos en Airbus en Francia, España y Canadá, con campañas adicionales previstas en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos en los próximos meses.
Cada exoesqueleto es probado en sitio por un solo operario durante dos o tres meses, realizando tareas tanto con como sin el dispositivo para comparar datos. Además, los operarios aportan retroalimentación continua mediante cuestionarios.
Este programa investiga principalmente cómo los exoesqueletos pueden aliviar la tensión en tres zonas del cuerpo: hombros y cuello, zona lumbar y rodillas. El departamento médico de Airbus está evaluando su impacto mediante electromiografías y controlando la frecuencia cardíaca.
En mayo de 2025, una prueba demostró que dos operarios de pintura redujeron entre un 10% y un 40% la tensión muscular en hombros y parte superior de la espalda al lijar usando exoesqueletos. Las lijadoras pesan entre dos y tres kilos y se sostienen sobre la cabeza durante largos periodos.
“Estos resultados son muy satisfactorios. Confirman que un exoesqueleto puede, en ciertos casos, brindar apoyo y comodidad al operario, al mismo tiempo que reduce la exigencia física de tareas como el lijado”, afirmó Delphine Bouvet, directora del estudio en Airbus.
Esto es solo el comienzo para los exoesqueletos en Airbus. A medida que se desarrollen los protocolos y se recopile más retroalimentación, la empresa podrá planificar mejor la logística para una implementación a gran escala, además de colaborar con proveedores para perfeccionar los exoesqueletos actuales de acuerdo con las necesidades del sector aeroespacial.
Los robots no sustituirán a los operarios, sino que los apoyarán y facilitarán su trabajo. Si bien es cierto que en el futuro asumirán más tareas incómodas o repetitivas, esto generará un efecto positivo para los trabajadores, quienes serán capacitados para desempeñar funciones más complejas y emocionantes.