En las próximas dos décadas no habrá otra tecnología más que el combustible de avión sostenible (SAF) para que la industria aérea pueda reducir significativamente las emisiones de los aviones grandes, afirmó Tufan Erginbilgic, CEO de Rolls-Royce.
“En los próximos 20 años el SAF es la única tecnología que va a descarbonizar la aviación comercial”, afirmó el directivo este miércoles durante un evento del Wall Street Journal en Londres, publicó el portal Skift.
“Somos la única empresa que puede decir que todos nuestros motores aeroespaciales son 100% compatibles con SAF. Puedes hacer aviones pequeños con hidrógeno o eléctricos, pero cuando hablamos de aviones de fuselaje estrecho o ancho, y aerolíneas comerciales internacionales, el SAF es la única solución”.
Erginbilgic destacó el UltraFan, motor de próxima generación que está desarrollando su empresa y pretende ser un 10% más eficiente que los modelos actuales, como una señal de que están comprometidos con una aviación verde, aunque su diseño no propulsará aviones hasta la década entrante.
Actualmente, el Boeing 777 y el Airbus A350 son algunos de los aviones de largo alcance propulsados por los motores de Rolls-Royce.
La industria aérea, encabezada por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) tiene como meta llegar a las cero emisiones para el 2050 y en los últimos meses Willy Walsh, cabeza del organismo, ha criticado la falta de compromiso y trabas por parte de algunos gobiernos y productores.
“No creo que la meta del 2050 esté en riesgo. Todavía tenemos tiempo, las principales críticas son que a causa de los mandatos respecto al SAF es que los proveedores lo ven como una oportunidad para cobrar un extra a las aerolíneas. Los mandatos de la Unión Europea no han hecho nada por estimular la producción”, afirmó Walsh durante la reunión anual de la IATA que se realizó a inicios de junio.
El programa ReFuelEU de la Unión Europea obliga a los proveedores a poner un 2% de SAF en combustible regular, cifra que subirá al 6% para el 2030.
El Reino Unido tiene una política similar, que obliga a un 2% de SAF este año y un 10% para el 2030.
Actualmente, el SAF representa menos del 1% del consumo mundial de combustible para aviación, debido a la oferta limitada y sus altos costos, que pueden ser hasta tres veces mayores que el combustible tradicional.