El gobierno de Corea del Sur anunció el lunes que realizará inspecciones de seguridad a todos los aviones Boeing 737-800 operados por aerolíneas nacionales tras el accidente de un avión de Jeju Air que dejó 179 personas fallecidas. El siniestro ocurrió el domingo en el aeropuerto de Muan, marcando el peor desastre aéreo en décadas para el país.
El avión, un modelo Boeing 737-800, malogró su primer intento de aterrizaje por razones aún desconocidas. En un segundo intento, recibió una advertencia de impacto con aves antes de que el piloto emitiera una señal de socorro. La aeronave aterrizó sin desplegar el tren de aterrizaje delantero, salió de la pista y se estrelló contra una valla de hormigón, lo que provocó una explosión. Las grabaciones de video indican que los pilotos no utilizaron flaps ni slats para desacelerar el avión, sugiriendo una posible falla hidráulica, según John Cox, experto en seguridad aérea.
El nuevo presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang-mok, ordenó una revisión de emergencia de los sistemas operativos de aeronaves en el país.
“La esencia de una respuesta responsable sería renovar los sistemas de seguridad de la aviación en su conjunto para evitar incidentes similares y construir una República de Corea del Sur más segura”, declaró Choi durante una reunión del grupo de trabajo sobre el accidente.
Por su parte, el Ministerio de Transporte confirmó que representantes de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos y de Boeing llegarían al país para colaborar en la investigación. Las autoridades también analizarán si el diseño de la valla de hormigón que impactó el avión pudo haber contribuido a la magnitud del desastre. Estructuras similares existen en otros aeropuertos nacionales e internacionales, lo que podría implicar ajustes globales de seguridad.
El accidente generó un debate sobre la capacidad del gobierno para gestionar desastres en medio de una crisis política. Recientes juicios políticos contra el presidente Yoon Suk Yeol y el primer ministro Han Duck-soo dejaron un vacío de liderazgo.
Además, el Ministerio de Transporte confirmó que se identificaron a 146 de las víctimas, mientras que los restos de otras 33 están siendo analizados.
Park Han Shin, representante de las familias afectadas, exigió mayor rapidez en los procedimientos.
“Exijo que el gobierno movilice más personal para que nuestros hermanos y familiares regresen lo más intactos posible y lo más rápidamente posible”, declaró Han Shin.
El gobierno decretó un período de duelo nacional de siete días. Los surcoreanos cuestionan si las fallas de seguridad que permitieron este desastre reflejan un patrón de negligencia similar al de tragedias previas, como el hundimiento del ferry Sewol en 2014 y la estampida de Halloween en Seúl en 2022.
Facebook comments