El Parlamento Europeo avanzó en la implementación del Cielo Único Europeo, al aprobar una reforma que promueve una gestión más centralizada y sostenible del tráfico aéreo en la región.
Esta decisión se produce después de que en marzo los europarlamentarios lograran un acuerdo provisional que busca optimizar las rutas de vuelo, reducir los retrasos y disminuir las emisiones de CO2.
La reforma establece nuevas normas que refuerzan los planes nacionales de rendimiento de los servicios de navegación aérea. Estos planes, que tendrán objetivos vinculantes, buscan mejorar la gestión del espacio aéreo en la Unión Europea.
Al establecer incentivos para hacer los vuelos más eficientes y menos contaminantes, se busca una transición hacia una aviación más sostenible.
Entre las disposiciones más relevantes, los eurodiputados acordaron que la Comisión Europea evalúe cómo las tasas cobradas a los usuarios del espacio aéreo, como aerolíneas y operadores de aviones privados, pueden incentivar un uso más respetuoso del medio ambiente.
Por ejemplo, se contemplan tarifas que promuevan la utilización de rutas más eficientes en términos de consumo de combustible o la adopción de tecnologías de propulsión limpia.
El nuevo proyecto de ley también aborda la necesidad de fomentar la competencia en el mercado de servicios de navegación aérea. Esto incluye la posibilidad de que los proveedores de servicios de tráfico aéreo contraten otros servicios, como comunicaciones y meteorología, en condiciones de mercado.
Esta mayor competencia podría resultar en una mejora de los servicios y una reducción de costos para los operadores aéreos.
No obstante, Jens Gieseke, europarlamentario involucrado en la reforma, señaló que aún queda trabajo por hacer.
“Para que el Cielo Único Europeo se materialice, los Estados miembros deben comprometerse a renunciar a ciertas competencias nacionales en favor de una gestión más eficiente del espacio aéreo. El espacio aéreo europeo es un rompecabezas, donde cada país tiene su propia pieza que no siempre encaja. Este desajuste provoca desvíos y retrasos; en 2023, casi el 30% de los vuelos experimentaron retrasos de más de 15 minutos”, argumentó.
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