Pablo Chávez Meza
A lo largo de la historia de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) se han desarrollado proyectos conjuntos, tales como aviones, aeronaves no tripuladas y hasta dirigibles, aseguró el director de esta escuela, Unidad Ticomán, Armando Oropeza Osornio.
Sin embargo, en entrevista con A21, el director reconoció que si bien ya hay una industria y cadenas de proveeduría para el sector aeronáutico, aún hace falta una política pública que permita el desarrollo de la industria nacional en este tenor.
Y es que explicó que los proyectos realizados por la ESIME se han financiado gracias a las necesidades de algún sector o entidad en particular y la escuela los ha desarrollado.
Oropeza Osornio expresó que se deben definir políticas públicas específicas para el sector, así como reconocer su labor. “Porque en los principales países, los altamente desarrollados, una de sus principales fuentes de ingresos económicos es el sector aeroespacial”.
Y esto, explicó, no sólo por la derrama producto de vender aeronaves o componentes, sino también por ser un aérea sumamente importante en la defensa nacional.
“Hoy en México podemos lograrlo, teniendo alianzas con esos países y sobre todo, el punto importante, teniendo confianza en nuestras instituciones educativas”, aseveró.
Ejemplificó el caso de la empresa brasileña, Embraer, la cuál tuvo mucha disposición del Gobierno para que esta compañía se desarrollara y hoy sea lo que es.
Proyectos en su haber
Los dos aviones desarrollados fueron el Chac, a principios de los años 80 -en 1982 se concluyó- el cual se construyó con la participación de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
Esta fue una de tres aeronaves que se desarrollaron en el ESIME para funciones de fumigación y correspondió a la segunda etapa de otro avión mexicano, el Bárcenas 1, diseñado y construido por David Bárcenas, en una empresa llamada Aero Servicio, dijo.
Añadió que tomando eso como experiencia, se desarrolló el Tonatiuh, un avión para la Marina, cuya función fue capacitar a sus pilotos. El directivo dijo desconocer si operan esos aviones aún; en el caso de los Chac, el ESIME ha recuperado dos.
Por otra parte, Oropeza Osornio añadió que desde la década de los años 90 empezó el auge de los drones o aeronaves no tripuladas y se desarrollaron tres: Tláloc, Tláloc 2 y El Buscador, las cuales tuvieron como objetivo el estímulo de las nubes para que lloviera.
Pero durante los 87 años de impartir la carrera de Ingeniería Aeronáutica también ha buscado ir más allá de la estratósfera y se han diseñado satélites, siendo el Satex 1, uno de los proyectos más grandes, así como el nanosatélite Painani 2.
