Las empresas que envían productos líquidos o de gran tamaño a Estados Unidos, podrían verse impedidas de utilizar el transporte aéreo si antes del 31 de octubre no adoptan medidas de seguridad para controlar la presencia de materiales difíciles de manejar como tambores con productos químicos, explosivos, maquinaria grande y motores a reacción.
Y es que para estos elementos la Administración de Seguridad del Transporte de EU (TSA) otorga una asignación temporal cuya vigencia termina en cuatro meses, por lo que el organismo está instando a los cargadores a inscribirse en el programa “Instalación de inspección de carga certificada” (CCSF), que permite a las compañías no aéreas que siguen los criterios aprobados por la TSA inspeccionar la carga y entregarla a las aerolíneas siguiendo estrictos requisitos de la cadena de custodia.
Lo anterior hace referencia a que, hace dos años, EU implementó un requisito de escanear toda la carga de envíos internacionales salientes y entrantes, con el objetivo de elevar el nivel de seguridad.
Para ello, las aerolíneas, las empresas de logística y otras entidades pueden usar rayos X, máquinas de detección de rastros de explosivos, detectores caninos o búsqueda física para cumplir con los requisitos.
El programa se creó para evitar retrasos en los almacenes de las aerolíneas abarrotados al impulsar más controles de seguridad en sentido ascendente.
Por lo tanto, los fabricantes necesitarán obtener instalaciones certificadas por la TSA para que puedan examinarse ellos mismos en los lugares donde se fabrican los productos.
La propuesta de la TSA es similar a los programas de “remitente conocido”, implementados por la ONU en muchos países, que permiten a las empresas que envían mercancías demostrar que tienen instalaciones seguras y protocolos de seguridad comunes para evitar la manipulación en lugar de la detección física.
Otra opción es que las empresas utilicen transportistas certificados, manipuladores en tierra o empresas de seguridad independientes para realizar el control, pero algunos podrían rechazar envíos inusuales debido a la dificultad de controlarlos una vez que han sido empacados para el transporte, de acuerdo con información de Freightwaves.
