La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) está preocupada por la falta de sintonía entre los reguladores internacionales de aviación con respecto a la puesta en tierra de las aeronaves B737 MAX y cree que, si no hay unidad, creará confusión en los viajeros.
“La gente se va a preguntar por qué un regulador de cierto país pide 20 sesiones de entrenamiento a los pilotos del MAX, mientras que otro pide únicamente un entrenamiento de cinco horas en un iPad” señaló Alexandre de Juniac, director de la IATA en llamada telefónica con periodistas.
De cara al inicio de la 40 Asamblea de la OACI, que se celebra del 24 de septiembre al 4 de octubre en Montreal, Canadá, el organismo de aerolíneas urgió a los reguladores para que alineen sus requerimientos y calendarios a nivel mundial.
Desde el 13 de marzo, la flota global de aviones B737 MAX está en tierra, luego de que los reguladores internacionales suspendieran sus operaciones tras los accidentes en Indonesia y Etiopía que dejaron 346 personas fallecidas. Desde entonces, Boeing trabaja en actualizar el sistema MCAS de la familia de fuselaje estrecho y en entregar un paquete de recertificación a la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos y a otros reguladores para recertificar la aeronave.
Sin embargo, los gobiernos de distintos países, como India, Canadá y la Unión Europea, han señalado repetidamente que llevarán a cabo sus pruebas de manera independiente antes de recertificar al MAX, lo que podría desfasar el regreso de la aeronave a la operación comercial y crear un escenario en el que una aerolínea pueda sobrevolar el espacio aéreo de determinado país con su avión MAX, pero que se le vea negada la entrada a otro espacio aéreo en donde el proceso de certificación aún no está terminado.
Si los países tienen sus propios planes para permitir el regreso de la aeronave, “no se mejorará la confianza del público general en el sistema (de certificación)” añadió De Juniac.
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