En 2017, algunos meses después de que Boeing comenzara a entregar sus nuevos aviones B737 MAX (el 22 de mayo Malindo Air recibió la primera unidad de esta familia), los ingenieros de la empresa estadounidense identificaron que el sistema de pantalla no medía correctamente las alertas de desacuerdo del Ángulo de Ataque (AOA, por sus siglas en inglés).
Posteriormente a este descubrimiento, Boeing “siguió sus procesos estándar para determinar una apropiada resolución a estos problemas. Esta revisión, que involucró a muchos expertos en el tema, determinó que la ausencia de la alerta de desacuerdo del AOA no impactaba negativamente en la seguridad y operación de la aeronave”, informó la empresa.
Recordemos que el AOA está involucrado en los accidentes de los vuelos ET302 y JT610 de Ethiopian Airlines y Lion Air, respectivamente. Los reportes preliminares indican que las aeronaves recibieron información errónea por parte de sus sensores lo que provocó la activación del software MCAS, el cual bajó la nariz de los aviones y derivó en su eventual caída.
De igual forma, las alertas del AOA eran vendidas por separado por Boeing y ninguna de las dos aerolíneas involucradas en los accidentes las adquirieron previamente.
Desde el 13 de marzo, la flota global de aviones MAX está en tierra y Boeing ha trabajado a marchas forzadas para lanzar una actualización a su sistema MCAS y recertificar su aeronave a nivel mundial.
A la par, ha reducido su nivel de producción de nuevas aeronaves MAX, al pasar de 52 a 42 unidades mensuales.
Our chief pilots are involved from the earliest days of our airplane programs, thoroughly reviewing the form, function and fitness of the airplane. Their experienced input is not only highly valued, it’s included as part of the certification process.https://t.co/5dMRXR1mHQ pic.twitter.com/htjg4nIBp4
— Boeing Airplanes (@BoeingAirplanes) 4 de mayo de 2019
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