Un déficit de 2 mil 303 kilogramos de combustible –necesario para recorrer en su totalidad la ruta de Santa Cruz, Bolivia, a Medellín, Colombia, incluyendo el aeropuerto de contingencia y el combustible mínimo de aterrizaje– fue una de las causas principales que provocó que el avión Avro RJ85 de la aerolínea boliviana LaMia se estrellara en una comunidad de Antioquia, Colombia, tragedia que dejó seis heridos y 71 fallecidos, la mayoría de ellos jugadores del equipo brasileño de fútbol Chapecoense.
Esta fue una de las conclusiones que presentó hoy el Grupo de Investigación de Accidentes de la Aeronáutica Civil (Aerocivil) colombiana, en su informe final sobre el accidente de aquel 28 de noviembre de 2016.
Entre los hechos concluyentes, el reporte señala que "la empresa LaMia planeó sin escalas este vuelo chárter entre Santa Cruz y Rionegro (Medellín), y no cumplió con los requisitos de cantidad mínima de combustible exigidos en las normas internacionales, pues no tuvo en cuenta el combustible requerido para volar a un aeropuerto alterno, el de contingencia, el de reserva ni el combustible mínimo de aterrizaje”.
Foto: Aerocivil/Aviation Herald.
Según los cálculos, las disposiciones del sector para ese trayecto exigían una cantidad mínima de combustible de 11 mil 603 kg y la aeronave sólo contaba con 9 mil 300 kg.
Negligencia
Pese a estar conscientes de esta falta de combustible, “la tripulación descartó un aterrizaje en Bogotá, u otro aeropuerto, para reabastecer”, incluso tras haber recibido alertas en sus tableros de control unos 40 minutos antes del accidente, confirmaron los expertos.
El informe también destacó que LaMia tenía serias deficiencias organizacionales, una difícil situación económica y fallas en la gestión de la seguridad operacional en sus procesos.
Otros factores que contribuyeron al accidente fueron: "deficiencias latentes de la empresa LaMia relacionadas con el incumplimiento de las políticas de combustible; falta de supervisión y control operacional y ausencia de llamados oportunos (tardía declaratoria) de ‘prioridad’ y ‘emergencia’ por parte de la tripulación cuando era inminente que se estaba agotando el combustible, lo que ocasionó una demora en la aproximación del avión a la pista de Rionegro”, sentenció Aerocivil.
Finalmente, se fijaron unas recomendaciones de obligatorio cumplimiento para la Autoridad Aeronáutica de Bolivia (DGAC), la Administración de Aeropuertos y Servicios a la Navegación Aérea (AASANA) de Bolivia y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
La investigación tomó un año y cinco meses, y vinculó a autoridades e instituciones de cinco países (Colombia, Bolivia, Brasil, Estados Unidos e Inglaterra).
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