Inaugurada en 1968, la planta de GE en Greenville, Carolina del Sur, fue creada con un propósito colosal: dar a luz a los más grandes y eficientes motores que impulsan a varias industrias, incluida la aviación.
Esta maravilla tecnológica está equipada con una planta de gas y su propia vía ferroviaria para mover las enormes turbinas hacia un galerón de prueba, diseñado para resistir temperaturas hasta de 648 grados centígrados y vientos de hasta 1770 kilómetros por hora; es decir, 10 veces más rápido que un huracán categoría 3.
Conoce más sobre esta singular fábrica y sus inquilinos en el siguiente gráfico.
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