
Spirit Airlines anunció que suspenderá temporalmente a otros 365 pilotos como parte de su proceso de reestructuración.
La decisión viene luego de que a inicios de mes la operadora redujo aproximadamente a la mitad su flota, compuesta solamente por aviones Airbus, y cerraría varias de sus bases.
Todas estas acciones son parte de su estrategia de supervivencia, pues se encuentra por segunda vez en un año bajo el amparo del Capítulo 11 ante los malos resultados financieros.
En marzo pasado la aerolínea salió de su primer proceso de reestructuración, pero ante una demanda interna estancada, la fuerte competencia de tarifas bajas y los altos costos operativos la compañía no logró estabilizarse.
Antes de anunciar la suspensión de 365 pilotos, la aerolínea ya había dado de baja a 330 aviadores y planea otra ronda en noviembre, en la que se contemplaban cerrar 270 plazas.
En diciembre próximo Spirit también planea despedir a aproximadamente mil 800 sobrecargos, lo que representa un tercio de su personal total de cabina.
Recientemente negoció la salida de 12 contratos de arrendamiento aeroportuario y de 19 de asistencia en tierra.
A mediados de mes anunció que el Tribunal de Bancarrotas de Estados Unidos le aprobó un financiamiento por 475 millones de dólares (mdd) bajo la figura de deudor en posesión (DIP).
Alcanzó un acuerdo con AerCap para rechazar los contratos de arrendamiento de 27 aviones, recibir de ésta el pago de 150 mdd y resolver entre ambos todas las reclamaciones pendientes.







