KLM advirtió que el incremento del impuesto aéreo en los Países Bajos está provocando que un número creciente de viajeros opte por volar desde aeropuertos en países vecinos como Bélgica o Alemania, en busca de tarifas más accesibles.
Así lo demuestra una encuesta realizada por la firma Markteffect por encargo de la aerolínea: cuyos resultados señalan que el 74% de los neerlandeses que vuelan considerará salir desde aeropuertos extranjeros si los precios siguen aumentando por efecto de este impuesto. Al mismo tiempo, el 87% considera que lo recaudado por esta vía debería destinarse exclusivamente a hacer más sostenible la aviación.
KLM reiteró su compromiso con una aviación más limpia y silenciosa, pero también con la preservación de la conectividad internacional de los Países Bajos. Por ello, la aerolínea se mostró crítica frente a los planes del actual gobierno en funciones y pidió detener nuevos aumentos al impuesto aéreo.
“Este impuesto convierte a los Países Bajos en el país más caro de la Unión Europea para volar, sin importar la distancia. Como resultado, cada vez más neerlandeses prefieren cruzar la frontera en coche para volar desde aeropuertos vecinos. Esto no ayuda al clima; de hecho, debilita nuestra capacidad de seguir invirtiendo en una aviación más limpia y silenciosa. Los Países Bajos se están autoexcluyendo del mercado, afectando directamente a la conectividad internacional del país”, afirmó Marjan Rintel, directora general de KLM.
Efecto fuga: más viajeros optan por aeropuertos extranjeros
El aumento adicional del impuesto aéreo, anunciado durante el Día del Príncipe (Prinsjesdag) como parte de los planes presupuestarios del gobierno, contempla ingresos anuales de hasta 1,100 millones de euros (mde) a partir de 2027, lo que, según KLM, volvería inasequible viajar en avión para muchas familias neerlandesas.
Actualmente, una familia con dos hijos paga 120 euros solo en concepto de impuesto aéreo por cada viaje. En Bélgica, el impuesto máximo por boleto es de apenas 10 euros, Suecia eliminará su impuesto aéreo, y Alemania está evaluando revertir su aumento más reciente.
Pronto, una familia neerlandesa de cuatro personas podría pagar hasta 200 euros en impuestos por un vuelo a destinos como Grecia o Turquía, mientras que las salidas desde Bruselas o Düsseldorf representarían un ahorro significativo.
“Sabemos que los pasajeros desean seguir viajando, pero son muy sensibles al precio. Desde la introducción del impuesto aéreo en 2021, la proporción de neerlandeses que vuelan desde Düsseldorf ha aumentado un 41%, y desde Bruselas, un 20% entre 2019 y 2024. Cualquier incremento adicional en el precio de los boletos, ya sea por impuestos o por tarifas aeroportuarias, solo acelerará este cambio hacia aeropuertos en el extranjero”, aseveró Rintel.
Adicionalmente KLM afirmó que lo recaudado por este impuesto se destina al presupuesto general del Estado y no se invierte en iniciativas de sostenibilidad en la aviación, como el desarrollo y abaratamiento de combustibles sostenibles de aviación (SAF).
Esta práctica contradice lo que piensa la gran mayoría de la población neerlandesa, que respalda el uso de esos fondos para impulsar una aviación más ecológica.
“Las familias que pagan cientos de euros en impuestos deberían al menos esperar que ese dinero contribuya a reducir las emisiones. Así como el gobierno apoya la expansión de la energía solar y eólica, o la electrificación del parque vehicular, también debería hacer más para fomentar la producción de SAF en los Países Bajos y volverla asequible”, concluyó la directiva.