El principal problema de las innumerables cancelaciones y retrasos que se están registrando en Europa se debe a la falta de personal y a que las aerolíneas no pudieron reintegrarlos; y a la consecuente dificultad de capacitar a nuevos trabajadores, afirmó Eliseo Llamazares, socio líder de la Industria de Aviación y Turismo para las firmas de KPMG en América Latina.
El también representante de KPMG en la Asociación Latinoamericana y del Caribe del Transporte Aéreo (ALTA) explicó que actualmente Europa está pasando por una importante etapa de recuperación, ya que es la primera vez desde que inició la pandemia que registra un verano sin fuertes restricciones sanitarias.
El verano es una temporada muy importante para esta región, que dura desde junio hasta finales de septiembre, “en esos cuatro o cinco meses se mueven casi la mitad de las operaciones que haya durante todo el año nivel anual”.
“Sin embargo, al no tener estímulos económicos como los hubo en Estados Unidos para mantener a su industria, se tuvo que paralizar una parte importante de la flota europea, además de que se registró un gran estancamiento de empleados operacionales, entre ellos los pilotos y demás tripulación de vuelo”, afirmó el directivo.
Explicó que esta gente se quedó sin empleo y no sólo se fue a otros países en busca de opciones donde esta activación fuese más rápida, sino que se fueron a otros sectores económicos o emprendimientos.
“Yo creo que es una importante lección aprendida de la industria aérea de la región y para todos, es que el personal técnico, como personal cualificado, es muy difícil o complejo de reemplazar; con lo cual en eventuales futuras crisis, debe de considerarse para que si se quiere tener una recuperación rápida se tienen que mantener a esos profesionales en activo”, aseveró Eliseo Llamazares.
Entonces muchas compañías aéreas europeas están cancelando vuelos precisamente para cumplir con su propia capacidad y determinar qué es lo que pueden operar. “Ante la imposibilidad de volar, en muchos países está generando un fenómeno nuevo de viajar por carretera o tren”.
Eliseo Llamazares afirmó que la industria en Europa tiene que aprender de estas lecciones, ahora ya saben que casi todas las operaciones de tripulantes pilotos y de vuelo, son perfiles que no son tan fáciles de cubrir, ni siquiera los tripulantes de vuelo, pues necesitan una capacitación. “No es tan fácil como decir en uno o dos meses te vuelvo a capacitar a 3 mil tripulantes y es justo el déficit de personal lo que está ocurriendo”.
“Toda esa gente que tuvo que salir de la industria, se fue por necesidad a otros sectores y han encontrado otros empleos más estables y, tal vez, no tan bien remunerados pero con otros beneficios complementarios y de ahí que no hayan retornado a la industria aérea europea. Es un problema que también se está viendo en Estados Unidos”, afirmó.
“A diferencia de la lenta recuperación de Europa, otros países como México que ya tenían su capacidad de operación completa en 2021 o incluso más que en el 2019; todos los empleados se mantuvieron y todas las aeronaves se mantuvieron activas”, puntualizó el experto en aeronáutica.
Otro fenómeno que está influyendo en una mayor demanda de vuelos en Europa es el propio consumidor, que percibe que el año que viene se pueda entrar en una recesión, por lo cual está intentando aprovechar la ventaja de no tener restricciones sanitarias y aprovechar para viajar antes de una probable crisis económica a nivel casi mundial.
A esta problemática que está viviendo la aviación europea día a día en su temporada fuerte, también se le añade el problema de las huelgas del personal que sí se quedó laborando, pues está pidiendo la reintegración de salarios que se fueron quitados durante lo peor de la pandemia, y un aumento de sueldo ante una mayor carga de trabajo.
El experto refirió que en el tema de la flota en Europa, se ha registrado una reducción pero no es por causa de esta problemática o de la pandemia sanitaria; se han sacado aviones que ya estaban programados para su salida, es decir eran aviones viejos que iban a ser sustituidos.
Explicó que tanto Airbus como Boeing están respondiendo adecuadamente a esa necesidad de incrementar la flota de las aerolíneas, sobre todo con unidades nuevas que son más eficientes y más respetuosas con el medio ambiente.
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