Mark Forkner, quien fuera el jefe técnico del grupo de pilotos de prueba durante el desarrollo del Boeing 737 MAX, podría enfrentar cargos judiciales por su participación en el proceso de ocultamiento de información a los reguladores estadounidenses y que derivó en dos accidentes fatales en 2018 y 2019, con un saldo de 346 personas fallecidas.
Si bien no se conocen los cargos exactos que enfrentaría Forkner, está acusado de ocultar información sobre el sistema MCAS, software exclusivo de los MAX diseñado para ayudar a empujar la nariz hacia abajo para reducir el riesgo de una pérdida de sustentación, y que pudo haber sido la razón principal de los accidentes en Indonesia y Etiopía, de acuerdo con The Wall Street Journal.
Forkner y otro expiloto de Boeing, Patrik Gustavsson habrían persuadido a los inspectores de la FAA para aprobar la exclusión de detalles del sistema de MCAS de los manuales de la aeronave. Asimismo, a principios de este año, el fabricante reconoció que dos de sus empleados, de los cuales no dio nombre, conspiraron para defraudar a la FAA al haber “ocultado intencionalmente” el software.
El octubre de 2019, la Administración Federal de Aviación (FAA) entregó al Congreso de los Estados Unidos varios correos electrónicos que intercambió con Forkner. En estos, Forkner dijo a la FAA que Boeing eliminaría la referencia al MCAS en el manual de operaciones de vuelo y en los cursos de entrenamiento “porque se encontraba fuera del marco operativo normal”.
El avión B737 MAX comenzó a volar en 2017, y en octubre de 2018, el vuelo JT610 de Lion Air se accidentó a los pocos minutos de despegar de Yakarta, Indonesia. Posteriormente, el 10 de marzo de 2019, el vuelo ET302 de Ethiopian Airlines sufrió el mismo destino luego de despegar de Addis Abeba.
La FAA ordenó poner en tierra todos los aviones MAX hasta que se solucionaran los defectos en el software MCAS. La puesta en tierra del modelo duró un año y ocho meses.
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