La Agencia Espacial de la India (ISRO) anunció que la nave espacial de la misión solar Aditya-L1 inició la recolección de datos cruciales para el análisis del comportamiento de las partículas que rodean la Tierra.
Los sensores de un instrumento a bordo del primer observatorio solar de la India comenzaron a medir iones y electrones supratérmicos y energéticos a distancias superiores a 50,000 km de la Tierra. Este instrumento, conocido como el Supra Thermal & Energetic Particle Spectrometer (STEPS), es parte integral de la carga útil del Aditya Solar Wind Particle Experiment (ASPEX).
La ISRO enfatizó que estas mediciones de STEPS continuarán durante la fase de crucero de la misión Aditya-L1 a medida que la nave se dirige hacia el punto L1 Sol-Tierra, y se mantendrán una vez que la nave espacial se encuentre en su órbita prevista.
El propósito de recopilar datos en torno al punto L1 es comprender mejor el origen, la aceleración y la anisotropía del viento solar, así como los fenómenos meteorológicos espaciales que impactan nuestro planeta.
El desarrollo de STEPS fue llevado a cabo por el Laboratorio de Investigación Física con el apoyo del Centro de Aplicaciones Espaciales de Ahmedabad. La nave Aditya-L1 fue lanzada el 2 de septiembre mediante un cohete PSLV-C57, llevando un total de siete cargas útiles diferentes para el estudio del Sol.
Aditya-L1 se situará en una órbita alrededor del Punto Lagrangiano 1 (L1), que se encuentra a una distancia de 1,5 millones de km de la Tierra en dirección al Sol. Esto permitirá que la nave tenga una posición relativa constante con respecto al Sol, lo que posibilitará una observación continua de nuestra estrella.
STEPS cuenta con seis sensores que observan en diferentes direcciones y mide iones supratérmicos y energéticos, así como electrones de alta energía. Estas mediciones se realizan con espectrómetros de partículas de baja y alta energía.
Es importante destacar que estas mediciones se llevan a cabo a una distancia que supera considerablemente la región del cinturón de radiación terrestre, a más de ocho veces el radio de la Tierra, lo que permitirá un análisis más preciso del comportamiento de las partículas que rodean nuestro planeta en presencia del campo magnético terrestre.
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