La preocupación mundial por el rezago femenino en disciplinas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) es cada vez más reconocida, incluso en nuestro país.
Por ello, a inicios de año, los titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentaron la iniciativa “NIÑASTEM PUEDEN: Red de mentoras OCDE-México para promover el espíritu STEM en niñas y jóvenes mexicanas”, programa de apoyo y promoción para que cada vez más mujeres a todo lo largo y ancho de la República Mexicana se integren a estas áreas.
Y en junio pasado, la Agencia Espacial Mexicana (AEM) anunció que se había sumado a estas acciones transversales del Gobierno Federal, con el fin de acercar la vocación temprana de las nuevas generaciones a las ingenierías aeroespaciales, con especial énfasis en impulsar un acercamiento a la ciencia y la tecnología con igualdad de género.
Mediante conferencias, talleres, programas de mentoría y estrategias de comunicación en distintas escuelas del país, y con el apoyo de la OCDE, la AEM y la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de la oficina de la Presidencia, la SEP espera concluir la primer ronda de actividades de esta iniciativa durante los próximos cinco años.
Historia reciente
La incursión de México en esta metodología de enseñanza es reciente en comparación con el resto del mundo: se puede rastrear la época y lugares de inicio del enfoque STEM a los años noventa y a universidades estadounidenses e inglesas.
No obstante, fue hasta 2015 cuando, mediante un apoyo ofrecido por el British Council, la Academia Mexicana de las Ciencias implementó un proyecto de educación STEM.
A nivel federal, “NiñaSTEM PUEDEN” es el segundo proyecto en su tipo después del “Mujeres en STEM, futuras líderes” para alumnas de preparatoria, promovido por la U.S Mexico Foundation y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes también en 2015.
Sin embargo, el bajo porcentaje femenino en carreras relacionadas con STEM sigue siendo una constante. Baste mencionar que en 2016, solo hubo 192 jóvenes inscritas en la carrera de Ingeniería Aeronáutica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), es decir, apenas el 13 por ciento de la matrícula total de alumnos.
A nivel global, actualmente existen esfuerzos como el de Shaesta Waiz, piloto afgana que está dando la vuelta al mundo en una avioneta monomotor con el fin de divulgar el amor por la ciencia y la tecnología. Para cumplir su meta, Waiz fundó una ONG llamada Dreams Soar, a través de la cual proporcionará becas a niñas interesadas este campo, pero sobre todo impulsará el mensaje de que ser mujer no debe limitar el despegue de tus sueños.
Inspiración vs. estereotipos
La mañana del 3 de julio pasado, el patio de la escuela primaria “República Dominicana”, ubicada en Ciudad de México, estuvo adornado con un objeto inusual: se trató del traje “Sokol” que perteneció al astronauta canadiense Chris Hadfield, excomandante de la Estación Espacial Internacional hasta mediados de 2013 y quien fuera toda una celebridad de internet al interpretar desde el espacio temas musicales como “Space Oddity” del artista británico David Bowie.
Pero el traje espacial no llegó solo: lo acompañó Aurea Carolina Gallardo, investigadora mexicana cuya carrera la ha llevado hasta la Administración Aeronáutica y del Espacio (NASA) de los Estados Unidos, en donde colaboró en el desarrollo de un sensor de nanohilos de silicio que servirá como herramienta dentro de misiones de búsqueda de vida en el espacio.
Gallardo cuenta con dos maestrías relacionadas al campo espacial –una en Ingeniería Aeronáutica y Tecnología Espacial, y otra en Astronáutica e Ingeniería Espacial– y participa como mentora en el programa NIÑASTEM PUEDEN, inspirando con su ejemplo a que más mujeres abracen una carrera en ciencia y tecnología.
"No solamente es dar una plática, sino que las niñas se puedan acercar a mí y platicar como amigas, lo importante es esa cercanía”, puntualizó.
En entrevista reciente con Agencia Informativa Conacyt, la destacada científica agregó que lo verdaderamente importante de la iniciativa de la SEP es lograr que se puedan ir superando las barreras de estereotipos, de modo que el interés de las niñas en la ciencia no se apague conforme vayan creciendo.
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