Liu Daxiang, subdirector del comité de ciencia y tecnología de la Corporación de la Industria de la Aviación de China (AVIC) declaró que el país debe acelerar el desarrollo de su propio motor a reacción, desafío “sin precedentes” y urgente debido a la creciente tensión con otros países.
El experto señaló que, en el pasado, aprovecharon el acceso al mercado a cambio de tecnología, no obstante para la industria ahora no funcionará debido a tensiones políticas, por lo que deben centrarse en la autosuficiencia.
“Los países establecidos en la aviación se han vuelto más estrictos con nosotros en lo que respecta al acceso a la tecnología. Recientemente hemos visto a Estados Unidos utilizar el poder nacional para reprimir Huawei Technologies Co, y esto nos dice que la tecnología crucial no se puede comprar, incluso si cuesta mucho”, expresó.
Recientemente, la administración de Donald Trump elaboró una lista en la que declararía que 89 empresas aerospaciales chinas y otras compañías, poseen vínculos militares, por lo que restringiría la compra de bienes y tecnología norteamericana.
En dicho listado se encuentran firmas como el fabricante de aviones asiático Comac y AVIC.
En ese sentido, Daxiang recordó que se construye el propio motor para el avión nacional C919, desarrollado para competir con el Boeing 737 y Airbus A320. Sin embargo, los motores LEAP procedentes de Safran y GE Aviation utilizados en los aviones NEO y MAX se encuentran en su quinta generación y China no ha podido igualar la tecnología.
“Estamos fabricando un motor de baja calidad, equivalente a la segunda, tercera y cuarta generación. No lo vas a poder vender, no es económico”, añadió. Así dijo que falta investigación en áreas clave de fabricación.
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