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03/05/2024

Eso de violar la esterilidad en lo aeronáutico

Juan A. José / Martes, 30 Agosto 2022 - 23:23

Si bien al hablar de esterilidad nos solemos referir a temas asociados a la salud y, por ende, biológicos, el término también aplica a esa condición que impide la contaminación de determinados procesos, como el caso de los aeronáuticos y aeroportuarios, en los que se pretende que agentes o variables externas no los pongan en riesgo. De esta manera, en lo aéreo podemos hablar, por ejemplo, de esterilidad de cabina y de zonas estériles en los aeropuertos.

Recientemente nos enteramos, con bombo y platillo y con mucho proselitismo sindical, que la capitana Libertad Salmerón ya fue contratada por Aeroméxico y ahora va a volar sus Boeing 737. Hace días fue despedida de Volaris, luego de grabar con su celular desde su puesto de primer oficial, en un Airbus de dicha compañía, el cual estaba a punto de ingresar a una pista para despegar, y que fue un serio incidente que involucró a otras dos aeronaves de la misma operadora, una de éstas a punto de despegar de la pista 05 izquierda del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y la otra haciendo una aproximación a la misma, cuando la primera aún se encontraba en ella. El evento se viralizó en las redes sociales la noche del 7 de mayo pasado.

La verdad es que, a primera vista y a reserva de conocer más detalles de su desempeño laboral en Volaris, muy bien por ella; y es que una cosa es recordar, no solamente a las tripulaciones de vuelo, sino a los funcionarios desempeñándose en áreas estériles de una infraestructura aeroportuaria o aeronáutica, la importancia del concepto en lo que a seguridad toca y por ahí cuando se detecta alguna violación, aplicar acciones disciplinarias, y otra es de plano despedir a un piloto por cometer una falta que en, sentido estricto, decenas de otros aviadores están cometiendo en este preciso momento, lo cual no significa que lo que están haciendo esté bien.

Insisto, antes de crucificar a Volaris, hay que considerar la posibilidad de que la violación de la esterilidad de cabina, por parte de la capitana Salmerón, no fue sino un elemento más en una complicada relación laboral, y que el evento terminó por descarrilar. Claro está, hay que también dar crédito, hasta que se demuestre lo contrario, a versiones que apuntan a un clima laboral, por decir lo menos, estresante en el seno de Volaris en categorías tan importantes para el logro de los objetivos de seguridad y eficiencia, como son los relacionados con las tripulaciones de vuelo.

Creo que, en todo este asunto, lo importante es la objetividad, cualidad en mi opinión cada vez menos valorada y empleada, y más cuando al hacerlo se involucran pasiones tan intensas como las que históricamente han rodeado y, me temo, rodearán siempre a nivel mundial las relaciones de las aerolíneas con su personal, en particular con sus pilotos. Al final de cuentas, junto con los usuarios, los grandes protagonistas de una operación aérea a los que hay que tratar con profesionalismo y, sobra decir, con mucho, pero mucho cuidado, tal y como debe ser el caso, son a todos los colaboradores de una organización.

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