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26/04/2024

Los pilotos de prueba, una estirpe de aviadores fuera de serie

Juan A. José / Martes, 1 Marzo 2016 - 08:27

En las últimas semanas murieron dos grande pilotos de pruebas: El francés André Turcat, quien tuvo a su cargo el primer vuelo de un Aérospatiale-BAC Concorde... Tenía 94 años de edad y en mi opinión era el último y más representativo ejemplo de los grandes pilotos de pruebas de esa generación en la que dadas las carencias de computadoras o sistemas para validar los cálculos asociados a la aeronave y su desempeño, la vida de los ocupantes de un primer vuelo de alguna manera siempre estaba en verdadero peligro. También murió a los 97 años de edad el británico Erick Brown que tiene el Récord Guinness de haber volado más diferentes tipos de aeronaves en la historia (487 en total).

Profesionales como Turcat y Brown iban más allá de ser aviadores; las más de las veces provenientes de las fuerzas aéreas y algunos ingenieros en aeronáutica, generalmente se involucraban íntimamente en la concepción de la aeronave y en el diseño de su plan operativo al grado de ser incorporados al círculo de secrecía con el que desarrollan algunos equipos de vuelo, un ambiente que tiene como epicentro histórico y por qué no decirlo, glamoroso a la base Edwards en el sur de California.

Si bien hoy en día a lo que se apuesta en un primer vuelo va más allá de que el avión efectivamente despegue de la pista, sino que lo haga como las computadoras indican debe hacerlo, no hace demasiado tiempo, el primer gran suspiro de alivio entre ingenieros, fabricantes, autoridades, medios, oficiales y público presente se escuchaba al momento que un nuevo diseño lograba remontarse al vuelo, por lo menos en condiciones de poder volver a aterrizar en una sola pieza.

El primer vuelo del Concorde ocurrido en el aeropuerto de Toulouse, Francia el 2 de marzo de 1969 bien podría ser uno de los mejor documentados y difundidos “primeros vuelos”. Enorme responsabilidad la de Turcat de llevarlo a cabo siendo seguido por miles de televidentes europeos en una transmisión “en vivo”.

Los primeros pilotos de pruebas exitosos fueron los franceses Jean Pilatre de Rozier y Francois LeVieux (Márqués de Arlandes) quienes pilotearon ese globo aerostático de los Hermanos Montgolfier con el que en el año 1783 finalmente el hombre pudo ascender a los aires, por cierto ante una multitud, si bien sin cámaras de video que grabasen el acontecimiento.

Pilatre de Rozier sería en 1785, junto con un acompañante, también el primer muerto en un accidente aéreo. Los norteamericanos Wilbur y Orville Wright fueron otros grandes pioneros de los vuelos de pruebas al ser los primeros en volar sus aviones, pero de su primer vuelo en 1903 apenas y hay una imagen fotográfica.

Al excéntrico millonario y amante de los aviones Howard Hughes le encantaba probar las aeronaves que desarrollaba con la ayuda de sus ingenieros; en uno de esos vuelos, al mando de un Hughes XF-11 por poco y pierde la vida en 1947.

Poco conocida por el gran público es la exitosa carrera como piloto de pruebas de aeronaves del astronauta Neil Armstrong, comandante del Apollo XI y quien llegó a volar el famoso avión hipersónico North American X-15.

Sin embargo, en esta oportunidad y en honor a Turcat y Brown, me gustaría recordar a otros no tan famosos, pero no menos importantes y valientes pilotos en esta especialidad: El británico John Cunningham, piloto del primer vuelo del de Havilland Comet 1 con el que la aviación comercial entró a la era del Jet en el año 1949, el norteamericano “Tex” Johnson, famoso por haber realizado en público en el año 1955 la maniobra acrobática conocida como “barril” con la aeronave Boeing 367-80 (prototipo del Boeing 707), en Seattle, Washington y su compatriota Charles “Chuck” Yeager, piloto del Bell X-1, con el que en 1947 rompió por primera vez la barrera del sonido en vuelo nivelado y quien a sus 92 años de edad debe considerado como el más representativo de los sobrevivientes de la estirpe que hoy me permito honrar y que me temo que tiende a extinguirse, conforme, insisto, gracias a los avances de la tecnología, la experiencia de probar por primera vez un nuevo avión dista mucho de ser lo que alguna fue para un André Turcat, por ejemplo.

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