Como parte de su estrategia para reducir las emisiones contaminantes en sus vuelos, Air Canada anunció su participación en el proyecto de Investigación de Emisiones y Combustibles Alternos de Aviación Civil (CAAFCER, por sus siglas en inglés), un proyecto dirigido por el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRC) para probar los beneficios ambientales del uso de biocombustibles.
Del mismo modo, la aerolínea canadiense también participa como socio en la Iniciativa de la Cadena de Suministro de Biojet de Canadá (CBSCI), un proyecto en colaboración con 14 organizaciones integradas para introducir 400 mil litros de bioturbosina en el sistema de combustible compartido en el aeropuerto de Montreal.
En el caso del proyecto CAAFCER, en los próximos días se realizará un muestreo de las emisiones de cinco vuelos de la ruta Montreal-Toronto (operados por Air Canada), mediante el uso de un avión de investigación T-33 modificado.
Se prevé observar una reducción en el espesor y cobertura de las estelas producidas por los motores de las aeronaves, comparado con el uso de turbosina convencional.
“Estamos contentos de apoyar la investigación sobre los beneficios adicionales del biocombustible en la aviación. Este proyecto es un paso importante para la industria en la comprensión de cómo los biocombustibles reducen la huella de carbono y el impacto ambiental en general”, señaló Teresa Ehman, directora de Asuntos Ambientales de Air Canada, en un comunicado.
Por su parte, la iniciativa CBSCI –creada en 2015 y primera en su tipo en Canadá– tiene por objetivo crear una cadena de suministro de bioturbosina utilizando materiales de alimentación renovables.
Compromiso ambiental
Esta no es la primera vez que Air Canada lleva a cabo acciones en pro del uso de combustibles alternativos en la aviación comercial.
En 2012 realizó dos servicios aéreos utilizando biocombustible: el primero de ellos voló de Toronto a Ciudad de México, llevando consigo al secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), quien se dirigía a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, celebrada ese año en Río de Janeiro.
El segundo vuelo transportó a varios atletas y oficiales canadienses en su camino a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Estas acciones forman parte de la estrategia ambiental de la empresa aérea, que consta de cuatro principios fundamentales: el uso de nuevas tecnologías, mejora en las operaciones, cambios en infraestructuras y el uso de instrumentos económicos.
Algunas medidas adicionales que ha tomado la aerolínea para reducir su huella de carbono son: el apoyo al gobierno canadiense en su Plan de Acción nacional para Reducir las Emisiones, así como la adopción de un Sistema de Gestión Ambiental basado en la norma ISO 14001, que ha sido revisado y se mantiene en constante actualización desde su publicación, en septiembre de 2015.
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