Se nos va otro año, dedicados más a labores reconstructivas que constructivas, ocupados en recuperar categorías y no en desarrollar nuestra aviación para llevarla al siguiente nivel.
Justo cuando nuestra industria aérea levantaba el vuelo, al momento en que la pandemia disminuía sus efectos devastadores, llegó la lastimosa degradación de categoría, la cual ha mantenido a la industria aérea nacional sin posibilidades de detonar su potencial y a la autoridad de aviación enfocada, con recursos limitados, en regresar a la tan ansiada categoría 1.
Iniciativas que impulsarían el desarrollo de nuestra industria, como el Plan Maestro de la Aviación, que diseñó la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) hace casi tres años, quedaron en el cajón del olvido. Dicho plan, que contenía 8 ejes fundamentales, fue un ejercicio proactivo y constructivo que no se veía hace muchos años, perfectible sin duda, pero que reunía los principales conceptos y elementos que conforman a la industria de la aviación en México.
Estos fueron los 8 ejes:
-Armonización Normativa, que puede traducirse en la actualización y homologación regulatoria, el desarrollo de la auto regulación y el profundizar en la llamada “Smart regulation”.
-Formación Aeronáutica, que consideraría a la capacitación como uno de los ejes prioritarios y estratégicos de la aviación, para dotarla de recursos y del máximo nivel de profesionalización.
-Espacios Aéreos, diseñar y configurar el uso del espacio aéreo mexicano en una labor conjunta entre autoridades, industria, colegios y asociaciones, conforme a los estándares globales en esta materia.
-Infraestructura Aeroportuaria, desarrollar instalaciones y facilidades aeroportuarias de clase mundial, que cumplan con las necesidades de conectividad turística, de negocios y de comercio que requiere nuestro país.
-Operación Aérea, que consiste en implementar las mejores prácticas internacionales de la industria aérea, siempre bajo los más altos niveles de seguridad en la aviación.
-Manufactura Aeronáutica, para continuar impulsando el crecimiento de los clusters aeronáuticos como polos de desarrollo económico e industrial en nuestro país.
-Desarrollo Tecnológico, que consiste en llevar al regulador a la digitalización en todos sus procesos y gestiones.
-Prevención e Investigación de Accidentes, para reforzar con recursos, tecnología y autonomía a esta área crítica de la aviación civil.
Sin duda, temas como la sustentabilidad y sostenibilidad de la aviación, safety y avsec, inclusión y equidad de género, la autonomía financiera y de gestión del regulador, así como la conectividad y competitividad del país, son temas que tendrían que haberse incluido de inicio y, expresamente, desde la primera versión del citado plan; no obstante, insistimos en que fue un positivo punto de partida, abierto a ideas y propuestas de la industria, que de haberse continuado, hubiese podido funcionar como pauta para llegar finalmente al plan nacional estratégico de la aviación, que requiere con urgencia el sector del transporte aéreo de nuestro país.
Hacemos votos para que, el próximo año, se continúen empleando los máximos esfuerzos para recuperar la vapuleada categoría y, de forma paralela, nos ocupemos y enfoquemos en desarrollar planes inteligentes, concretos y sustentados para finalmente obtener el documento que contenga con claridad y solidez los objetivos estratégicos de la aviación civil en México, que nos lleven al siguiente nivel y nos hagan volar más allá.
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