
¿Sabías que desde más de 6,000 metros de altura, un dron puede detectar con precisión la matrícula de un vehículo en movimiento, las señales térmicas de una persona escondida en un bosque o incluso captar comunicaciones privadas? Una reciente revelación muestra cómo la cooperación entre México y Estados Unidos en el uso de drones equipados con sofisticadas cargas útiles está transformando las operaciones de seguridad, exponiendo capacidades tecnológicas hasta ahora mantenidas en secreto.
El MQ-9 Reaper estadounidense, conocido por su papel en operaciones antiterroristas, posee cámaras electro-ópticas capaces de ofrecer imágenes de alta definición desde grandes altitudes, incluso durante la noche. Puede identificar claramente rostros humanos desde kilómetros de distancia y monitorear rutas discretas en tiempo real. Además, su radar de apertura sintética (SAR) permite obtener imágenes detalladas a través de nubes, lluvia o vegetación, revelando ubicaciones ocultas en selvas o montañas.
Un ejemplo concreto del uso de estas tecnologías fue una importante operación en 2023. Días antes del operativo, drones equipados con estas cámaras vigilaron meticulosamente los movimientos del objetivo, documentando cada desplazamiento y reunión. Esta inteligencia permitió que fuerzas especiales mexicanas llevaran a cabo una intervención quirúrgica, evitando bajas innecesarias.
La Marina Mexicana, por su parte, ha desplegado el dron Arcturus T-20, equipado con cámaras infrarrojas capaces de detectar desde el aire pequeñas embarcaciones sospechosas en plena noche. Esta capacidad es crucial para interceptar actividades ilegales en alta mar, especialmente en la oscuridad absoluta, cuando los involucrados creen estar ocultos.
El Hermes 900 de la Fuerza Aérea Mexicana lleva capacidades aún más avanzadas. Este dron no solo captura imágenes térmicas y visuales, sino que también cuenta con sistemas COMINT (Inteligencia de Comunicaciones) y ELINT (Inteligencia Electrónica). El sistema COMINT permite interceptar y analizar comunicaciones telefónicas, radiales y satelitales, revelando conversaciones privadas en tiempo real. Por otro lado, ELINT se enfoca en identificar, localizar y analizar señales electrónicas emitidas por radares y otros dispositivos electrónicos usados por adversarios. Estos sensores han permitido descubrir conversaciones privadas y anticipar movimientos estratégicos, proporcionando una ventaja crítica a las autoridades.
Es importante destacar que, aunque los gobiernos cuentan con impresionantes capacidades tecnológicas, los adversarios también han demostrado poseer tecnología avanzada que puede detectar drones en vuelo, interferir señales de comunicación o incluso generar bloqueos electrónicos para evadir la vigilancia.
La revelación de estas capacidades secretas subraya un hecho innegable: las operaciones de seguridad han entrado en una era tecnológica sin precedentes, impulsando la eficacia y precisión de las intervenciones de las fuerzas especiales. Esta evolución tecnológica transforma radicalmente la manera en que se ejecutan las operaciones estratégicas y tácticas en la actualidad.
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