La semana pasada comenté en esta columna sobre la amenaza del grupo Heathrow Pause para detener por varios días las operaciones del aeropuerto de Heathrow. El grupo ambientalista pretenden echar a volar drones de juguetes en los alrededores Heathrow a partir del viernes 13 de septiembre para provocar el cierre de las operaciones del principal aeropuerto de Londres.
El foco de esa manifestación es protestar contra la emisión de dióxido de carbono (CO2), que es el culpable del 80% del calentamiento global. Aunque el CO2 es el principal gas de efecto invernadero, el metano atrapa 21 veces más calor que el CO2 (lo que los climatólogos llaman forzamiento radiativo), por lo que habría también que tomar en cuenta la emisión de metano.
La industria petrolera es una principales fuentes de metano. Este gas se emite por la combustión deficiente de mecheros instalados en campos petroleros y durante la etapa de transporte por gasoductos (fugas).
Tecnologías de detección de metano instaladas en drones suenan como una gran alternativa para detectar las emisiones de éste y otros gases causantes del calentamiento global.
La petrolera British Petroleum (BP) anunció hace unos días que desplegará una medición continua de las emisiones de metano en su futuros proyectos de procesamiento de petróleo y gas operados, como parte de su ambicioso programa para detectar, medir y reducir las emisiones de metano.
La medición continua, incluidos los instrumentos como imágenes de nubes de gases (GCI), se implementará para todos los nuevos proyectos importantes de BP en todo el mundo.
Los datos generados ayudarán para identificar mayores oportunidades para abordar las emisiones de metano, impulsar la eficiencia y desarrollar las mejores prácticas para reducción de emisiones.
El despliegue de esta tecnología representa un cambio importante en la industria del petróleo y gas para detectar, cuantificar y reducir las emisiones de metano.
Además de la medición continua de metano, BP también tiene como objetivo hacer uso de una red de tecnología complementaria, que incluye una nueva generación de drones, que generarán grandes beneficios. Inspecciones que solían llevar 7 días ahora podrán toma sólo 30 minutos.
Con el tiempo, los datos recopilados alimentarán de información a una extensa red digital en la nube como parte de un enfoque global integrado para reducir las emisiones de metano y carbono.
Éste es un ejemplo más de cómo se puede aprovecha lo último en geomática y tecnología de sistemas aéreos no tripulados (UAS) para adquirir imágenes aéreas de alta resolución, información topográfica y concentraciones de metano para proporcionar soluciones integrales y más eficientes que tecnologías tradicionales.
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