En julio de este año, la activista sueca de 21 años Elin Ersson retrasó por dos horas el despegue de un vuelo de Turkish Airlines que iba de Gotemburgo a Estambul, a modo de protesta por la deportación de un ciudadano afgano.
Logró su objetivo pues, luego de desacatar las instrucciones del capitán de ocupar su lugar para proceder con el despegue, la tripulación le permitió desembarcar de la aeronave junto al hombre que iba a ser repatriado. Pero la suya quizá fue una pelea en vano.
En primer lugar, el ciudadano afgano fue deportado unas semanas después. Además, el gobierno sueco tomará acciones penales contra la joven estudiante por violaciones a la legislación aeronáutica de su país.
Activist Elin Ersson, who refused to sit down on a plane and let an asylum seeker get deported, has been indicted for her protest pic.twitter.com/Q3ZFno5LRk
— NowThis (@nowthisnews) 23 de octubre de 2018
De acuerdo con el Acta de Aviación del reino de Suecia, un pasajero puede enfrentar multas económicas o hasta seis meses de prisión si desobedece intencional o negligentemente las órdenes del capitán de la aeronave.
“Ella hizo esto con la intención de prevenir que el avión despegara”, señaló el juez James von Reis al periódico local Svenska Dagbladet.
Por su parte, Thomas Fridh, abogado de Ersson, declaró al New York Times que las acciones de la activista no violaron ninguna ley porque en todo momento tenía la intención de seguir las órdenes del capitán, en cuanto él decidiera qué era lo que tenía que hacer con ella y con el deportado.
Además, la legislación sueca sólo aplica para acciones en el aire y no en tierra, añadió.
La minucia legal
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) –de la que Suecia forma parte– también cuenta con una Resolución sobre Pasajeros Insubordinados que podría beneficiar a Elin Ersson.
Ésta señala que las acciones realizadas por la activista pueden ser una ofensa criminal, y la autoridad para realizar acciones judiciales recae en el Estado de aterrizaje, es decir, a donde el avión se dirigía: Turquía.
Sin embargo, dado que Ersson salió del avión antes de que éste despegara, no pudo llegar a Turquía por lo que es poco probable que este Estado presente cargos criminales contra ella.
Otro posible litigio en su contra vendría de parte de Turkish Airlines, que buscaría una compensación por costos incurridos debido al retraso de dos horas que sufrió el vuelo por la acción de la estudiante sueca.
El gobierno sueco aún no establece una fecha para el juicio de Ersson.
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