Ha aumentado la percepción de que al presidente de la República ni le dicen todo ni le explican correctamente cómo funciona el sector aéreo nacional (bien podría ser que sí le expliquen y él prefiera no verlo, pero sería un tanto bizarro pensar que toda su información está deliberadamente cambiada).

Imagina que eres uno de los primeros humanos en pisar un planeta desconocido. La emoción y la incertidumbre se apoderan de ti mientras te adentras en una nueva Tierra. Te preguntas cómo sobrevivirás en este ambiente extraño, cómo te adaptarás a las condiciones desconocidas, y cómo contribuirás a la construcción de una nueva comunidad en este lugar remoto. Es precisamente esta misma emoción y desafío lo que ha impulsado a varias generaciones, desde que inició la Era Espacial, a explorar cómo establecernos en mundos desconocidos.

El año 2022 cerró con una nota impactante y trágica la tarde del 31 de diciembre, cuando una trabajadora de rampa murió al ser succionada por una turbina de avión Embraer E175. El accidente ocurrió en el aeropuerto regional de Montgomery, en Alabama, Estados Unidos, el vuelo era operado por Envoy Air y atendido por personal de Piedmont Airlines, ambas subsidiarias de American Airlines. La trabajadora general de rampa tenía 34 años y tres hijos.

Ante la amenaza desde palacio, de modificar las leyes del espacio aéreo nacional, para eliminar la prohibición del cabotaje, todas las organizaciones y dependencias aéreas del país, se reunieron en uno solo en el zócalo capitalino protestando la entrega del espacio aéreo nacional a los extranjeros, así como lo hizo Antonio López de Santa Anna con la mitad del territorio nacional.