¿Se ha preguntado por qué se siente fatigado después de vuelos de más de una hora o dos de duración?; esa sensación de que acaba de realizar un trabajo exhaustivo en lugar haber estado sentado en el avión durante unas horas. ¡La fatiga después de vuelos no es nada más el llamado Jet Lag! (del cuál platicaremos en un futuro próximo); así es, no estamos hablando de jet-lag, aunque esa sensación de cabeza muy pesada y fatiga son definitivamente parte de este mal; pero usted puede sentir fatiga aún después de un vuelo largo de norte a sur donde hay poco o ningún cambio en las zonas horarias. Mucha gente experimenta éste fenómeno cuando vuela de Norteamérica a Sudamérica. Definitivamente se siente una gran fatiga después de vuelos de México a Perú, o cuando se viaja nueve horas en el avión de México a Buenos Aires, aunque hay solamente una diferencia horaria de tres horas. Uno de los principales culpables es el aire de la cabina en los aviones. Las cabinas de los aviones comerciales están presurizadas, sería muy incómodo si no lo fueran, pero sólo cuentan con una presión a una cómoda altura equivalente. ¿Qué significa eso?: que cuando usted está volando a 35.000 pies (10.670 metros), la cabina se presuriza al equivalente de 8.000 pies (2440 m)... así que se sentirá como si estuviera en las montañas, y si ha practicado campismo o esquí en esas altitudes, sabe que el aire es más fino (por presión y densidad más bajas), y llega sin aliento; hay menos oxígeno en cada respiración que usted toma, y ese menor nivel de oxígeno tiende a hacer que su cerebro trabaje más lento. Cuando vaya a las montañas por encima de 8.000 pies, algunas personas podrían incluso padecer el llamado “mal de altura”; para la mayoría de los viajeros aéreos experimentados, la fatiga posterior al vuelo es una sensación familiar. Por otro lado, si va usted a un viaje de paseo, puede sentir fatiga aún en un vuelo corto. Si usted (en una situación hipotética) aborda un vuelo en un avión no presurizado en Zihuatanejo, que está a nivel del mar, para volar a Toluca, en donde la altitud es de 8466 pies, es muy factible que pueda darle un dolor de cabeza. Pero si nuestro vuelo es en bimotor, el cual se eleva hasta 16.000 pies para poder pasar la Sierra Madre, sin oxígeno y sin presurización (esta situación se vive mucho en Sudamérica), le aseguro que la mayoría de los pasajeros tendrían dolor de cabeza y sus reacciones y visión se verían afectados, y si a esto le sumamos que el aire en la cabina de un avión también es muy seco (la humedad relativa en los aviones es similar al desierto; también ya hablaremos de esto a futuro), se sentirá muy deshidratado, y este síntoma agrega fatiga de manera importante después del vuelo. Combinando los dos: menos oxígeno por respiración y aire seco, no es de extrañar que se sienta muy cansado al final del vuelo. Ahora bien, si sumamos fatiga después de vuelos y Jet Lag, ¡es hablar de un doble golpe! En un viaje de México a Dubái, viajamos a través de 10 zonas de tiempo en tres vuelos: cuatro y media horas de México a Nueva York, siete y media horas desde Nueva York a Londres, y otras seis y media horas de Londres a Dubái; a esto hay que añadir los tiempos de conexión en Nueva York y Londres… definitivamente nos sentiremos en muy malas condiciones cuando lleguemos. Por eso, hay que programar un poco de tiempo para descansar y recuperarse después de un vuelo maratónico como éste. ¿Qué puede hacer usted para ayudar con la fatiga después de vuelos como los mencionados?; estos son algunos consejos que pueden ayudar:
- Trate de mantenerse hidratado: Beber mucha agua, ésa es tal vez la clave principal.
- Sí, con aviones concurridos enormes como los actuales, llegar a los baños puede ser una aventura, pero usted debe levantarse y caminar alrededor de todos modos, sobre todo en vuelos largos.
- Evite alcohol y cafeína; ambos tienden a deshidratar mucho más que sólo el aire seco de la cabina. Vamos, no es que deba negarse una taza de café durante el último servicio de comida antes del aterrizaje, o una copa de vino durante la cena –en los vuelos largos–, pero hay que tratar de ingerir la mayor cantidad de agua posible, para mantenerse hidratados.
- Trate de comer comidas balanceadas y evite mucha grasa, aunque esto sea una tarea difícil con la disponibilidad de comida incierta en aeropuertos y en aviones estos días, pero si se busca, generalmente puede encontrar comidas saludables y apetitosas.
- Hacer ejercicios en su asiento, como estirar las piernas y hacer círculos con los pies. Compruebe las páginas de las revistas de la aerolínea que se encuentran en el respaldo, casi todas las líneas aéreas hoy día tienen una página con ejercicios que pueden ser realizados en su asiento para mantener sangre y músculos en movimiento y evitar calambres. Algunas incluso tienen un pequeño programa de video con ejercicios.
- Trate de sentarse derecho y haga respiraciones profundas cada cierto tiempo. Las respiraciones profundas incrementarán el aporte de oxígeno.
Y recuerde realizar esos paseos frecuentes que pueden ayudar con la circulación; esto ayuda, y hace que sea menos probable padecer el síndrome de clase turista o trombosis venosa profunda, del cual ya hemos platicado.
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