Regulación CORSIA
Ya en otras ocasiones, regulaciones internacionales se han adecuado a las realidades de los países a los que afectaban. Hoy es necesario evaluar el caso de CORSIA en este aspecto.
La regulación CORSIA, solo con los países en fase piloto (alrededor de 100, pero prominentemente Europa y Estados Unidos de América), ya cubre un 77% de las emisiones en vuelos internacionales a nivel mundial, con lo que el impacto en cambio climático, de tener éxito esta implementación, sería muy significativo.
De la región, sólo México está dentro de esos países en fase piloto y Brasil se incorpora de forma obligatoria en el 2027.
Retos para la región
Sin lugar a duda, el cambio climático es uno de los principales retos, a los que todas las aerolíneas del mundo y también en la región están altamente comprometidas. Sin embargo, hay retos muy relevantes en conseguir estos objetivos de acuerdo con cómo OACI ha determinado. Los retos los podemos comentar a continuación:
• Cambios tecnológicos: este objetivo, que está en manos de las aerolíneas, está altamente cumplido en la región. Latinoamérica cuenta con la flota más moderna a nivel global, que significa una reducción muy relevante de emisiones.
• Coordinación: al contrario que Europa y Estados Unidos de América la coordinación en la navegación aérea en Latinoamérica es algo muy complejo de realizar, debido a la gran cantidad de países a coordinar. En cuanto a la navegación de aproximación a los aeropuertos, ésta tampoco carece de retos, dada las características orográficas de los mismos en América Latina, que supone una complejidad importante en maniobras de aproximación que es donde más se ahorra combustible y por tanto donde se reducen las emisiones.
• SAF: éste es sin duda la pieza clave del éxito del programa CORSIA, pero con grandes diferencias entre regiones.
Retos del SAF
No se puede obligar a la región a una implementación de CORSIA igual a Europa o Estados Unidos de América, ligado al uso del SAF.
Estados Unidos de América está invirtiendo una gran cantidad de recursos en subvencionar a productores y consumidores de SAF para poder incentivar su uso. Además, está financiando importantes proyectos de producción de SAF sostenible, es decir, aquel tecnológicamente más complejo, pero que no depende de biomasa y por tanto no tendría ningún impacto en la cadena de suministro de alimentos.
Europa, al igual que Estados Unidos de América, está apoyando la producción de SAF, financiando su uso y además introduciendo mecanismos para su obligada utilización, lo que va a crear una demanda segura que incentive la inversión en productoras de SAF. Al igual que Estados Unidos de América, la inversión es en tecnología “sostenible” de SAF, con desarrollos específicos en FT-SPK (residuos sólidos urbanos) y PtL (eSAF que es el tipo de combustible sostenible que más reducción de huella de carbono genera).
Latinoamérica tiene varios retos:
• Falta de incentivos económicos y fiscales a la producción de SAF. Por este motivo los inversores irán donde tengan apoyo para la inversión en una tecnología todavía nueva y con altos riesgos.
• Alta demanda de SAF en países desarrollados que hace que la producción de la región se vaya a zonas más desarrolladas con incentivos y con precios mayores a pagar por este combustible sostenible.
• Falta de seguridad jurídica tanto para la estabilidad en la demanda, como para proteger la inversión privada, lo que genera un riesgo adicional a la inversión junto con el tecnológico, que hace casi inviable una inversión del tamaño que es requerido en esta industria.
• Tecnología basada en biocombustibles, que además de suponer una gran competencia al etanol y al precio de ambos combustibles, en algunos casos puede poner en riesgo la cadena de suministro alimentaria o riesgos de deforestación.
Conclusión
Por todos los factores enumerados anteriormente, sería conveniente crear un CORSIA de dos velocidades. Uno para los países que realmente tienen capacidad económica de implementación y que además suponen un porcentaje muy alto de las emisiones internacionales y otro para regiones como Latino América, donde el alto coste que podría suponer la implementación del esquema, junto una fiscalidad en la industria muy alta en comparación con Estados Unidos de América y Europa haría que la aviación volviera a ser un servicio de lujo, solo al alcance de pocos privilegiados, por el alto coste de los tickets.
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