Medio Ambiente es el primero de los pilares de Environment, Social and Governance (ESG) y que tiene un impacto muy relevante en la industria aérea.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), como ente perteneciente a las Naciones Unidas (ONU), que se encarga de políticas en la industria aérea a nivel internacional, ha diseñado un esquema para que la industria global reduzca de forma considerable las emisiones globales, hasta llegar a un compromiso de “emisiones cero” para el año 2050. Este esquema se denomina CORSIA y, a pesar de parecer sorprendente que los países no se alineen con este ente internacional, sólo México como país voluntario en la Fase piloto (2021-2023) y Brasil, que se unirá en el 2027, son participantes del mismo e incluirán a sus aerolíneas en el esquema.
Este compromiso ha sido suscrito igualmente por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y todas sus aerolíneas miembros, para poder reducir el impacto ambiental y además minimizar el impacto reputacional que había tenido antes de la pandemia.
Que significa “emisiones cero”
Desafortunadamente, “emisiones cero” no significa que la industria va a dejar de emitir gases de efecto invernadero (al igual que ninguna industria del mundo). Significa que, todas las emisiones que la industria genere, se van a compensar.
La compensación tiene un impacto económico significativo para las aerolíneas, y por ese motivo el objetivo de IATA es llegar al 2050 con una necesidad menor al 20% de compensación. Esto significa reducir las emisiones actuales en un 80%, con el principal componente de utilización de SAF, que supone un 65% del total de reducciones de emisiones.
Que es el SAF
SAF proviene de sus siglas en inglés “Sustainable Aviation Fuel”. Es el fuel sostenible para las aeronaves que permite reducir el impacto climático de las emisiones de la industria.
La gran pregunta que muchos se hacen es si este combustible no genera emisiones… La respuesta es sí, sí genera emisiones, pero genera sustancialmente muchas menos emisiones que los combustibles de origen fósil (JetFuel).
Esta reducción de emisiones viene, sobre todo, de toda la cadena de suministro de la producción de SAF, que incluso, en algunos casos, es capaz de capturar las emisiones que genera la propia industria aérea (y otras) para su propia producción.
El gran reto de la industria aérea está en conseguir una producción suficiente de SAF, para reducir las emisiones y cumplir con ese reto, y en las mejoras tecnológicas de los motores que permitan una utilización del 100% de SAF en cada vuelo (por ahora, experiencias piloto).
Riesgos para alcanzar el compromiso 2050 de emisiones cero
El principal riesgo, como hemos mencionado anteriormente, es la capacidad de la industria de producción de combustible de producir tanto SAF como la industria aérea requiere.
Uno de los hitos para conseguir este compromiso es que, en el año 2025, se consuman 7,900 millones de litros de SAF, que equivalen a un 2% del consumo de combustible global de la aviación. En 2022 se consiguió producir un 0.1% del consumo global, con lo que, a 3 años de este importante hito, el gap es muy sustancial.
Como se puede contribuir a este compromiso de la industria
Mientras en Europa, para conseguir el reto de reducir emisiones en la industria aérea, la Unión Europea está apoyando con la financiación de utilización de SAF, en Latinoamérica se introducen impuestos al uso de combustible de origen fósil, sin un objetivo para conseguir que exista un incentivo para el trasvase a la utilización de SAF y, con ello, a aumentar la demanda, aumentar la producción y con ello reducir el precio.
La tecnología en producción de SAF no es madura y, como toda tecnología nueva, requiere de grandes inversiones con importantes riesgos de que se mejore la tecnología o no sea viable y, por tanto, se pierda la inversión. Para mitigar este riesgo, es necesario incentivos gubernamentales para apoyar que el reto en inversiones millonarias no tenga un impacto tan relevante, en caso de que el resultado no sea satisfactorio, o bien, que nuevas tecnologías superen las actuales (efecto ya observado con todas las energías renovables).
Sin embargo, el mayor problema hoy en día de la aviación es la percepción de que sigue siendo un servicio de “pocos”, y sigue siendo algo para “clases privilegiadas” y, por ello, como negocios privados que son, no se pueden apoyar. Esa es la causa raíz de muchos de los problemas de la aviación y que tanto impacto tuvo en América Latina y llevó a sus principales aerolíneas a presentar Capítulo 11 en Estados Unidos, mientras en Europa, Estados Unidos y Asia, todos los gobiernos protegieron a este “servicio público universal”. Salir de este pensamiento, apoyar la industria, apoyar iniciativas para que disminuya su impacto ambiental, etcérea, será la solución para que día a día, el servicio aéreo siga universalizándose y todo el mundo pueda disfrutar de su eficiencia y seguridad para viajar.
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