El célebre astrónomo, Carl Sagan, explica el origen del mito de los OVNIS extraterrestres en uno de sus libros llamado “El mundo y sus demonios”. En 1947, Estados Unidos hacía pruebas con globos aerostáticos de gran altura, con fines de espionaje a la Unión Soviética. Varios de ellos se estrellaron, siendo uno el que cayó en Roswell, Nuevo México, y, debido a que el equipo de monitoreo era avanzado porque buscaba detectar rastro de explosiones nucleares en la tropopausa, los testigos que vieron los restos pensaron que eran de otro planeta, aunque lo más lógico hubiera sido que se lo atribuyeran a los soviéticos, pero la gente cree lo que quiere y al gobierno eso le conviene.
El programa de globos espías norteamericano era moderno en su tiempo, y se usaba también para identificar y analizar las defensas o acciones que tomarían los países una vez que los detectaran. Sin embargo, conforme la tecnología y uso de aviones espía fue evolucionando, la utilización de globos para vigilar otras naciones por parte de la armada estadounidense disminuyó, pero tanto el gobierno como empresas privadas continuaron usándolos para custodiar sus fronteras, a sus países vecinos y a sus propios ciudadanos de vez en cuando.
Más recientemente, en el 2019, los militares de EU autorizaron el uso experimental de veinticinco globos estratosféricos, hechos por la compañía de defensa Sierra Nevada Corporation (SNC) y por el fabricante de globos de vigilancia World View. Los globos volaron sobre seis estados del centro-norte de su país, alcanzando hasta 65 mil pies de altura, muy por encima de los niveles de vuelo de aviones comerciales, con equipo capaz de intervenir comunicaciones, radares y cámaras de alta tecnología, que hacen posible rastrear múltiples vehículos al mismo tiempo hacia donde quiera que vayan, sin importar las inclemencias del clima y con la finalidad de combatir amenazas terroristas y de narcotráfico. El experimento fue dirigido por Southcom, rama conjunta del ejército que se encarga de monitorear a centro y Sudamérica, utilizando aeronaves de espionaje de SNC que sobrevuelan México, Colombia, Panamá y el Caribe. La prueba concluyó en el 2021 y funcionó como precursora del programa Stratollite, del cual el Reino Unido será cliente clave como parte de su Proyecto Aether.
Por esas mismas fechas, China desarrollaba también su esquema de globos de gran altitud, basándose en información recopilada durante décadas, con la misma intención que sus rivales: utilizar un sistema más barato y con mejores resultados que sus satélites de vigilancia (debido a que vuelan más bajo), además de que al ser detectado logre evidenciar la capacidad de intercepción del enemigo, en especial sus puntos débiles, matando varios pájaros de un tiro.
De allí que surgiera la tensa novela diplomática que aconteció a inicios de febrero, cuando se detectó y derribó a un globo chino que surcó los cielos norteamericanos, justo cuando el secretario de Estado de EU visitaría China. Este masivo dispositivo tenía la tarea principal de detectar señales eléctricas correspondientes a nuevas armas, misiles y radares, la cual era enviada en tiempo real a Beijing. También contaba con un mecanismo remoto de autodestrucción, que no fue activado quizá por falla del dispositivo, o por decisión del operador.
Los últimos meses, China ha obtenido una gran cantidad de información útil: en noviembre del año pasado, el retorno descontrolado al planeta de su cohete más grande, el Long March 5B, provocó el cierre parcial del espacio aéreo de Francia y España, y terminó cayendo mil kilómetros al sur de Acapulco; en febrero, ocurrió el evento antes mencionado con Estados Unidos, cuando el globo sobrevoló la base aérea Malmstrom (y medio país más), donde resguardan armamento nuclear, después, tan sólo días de haber sido derribado, otro apareció sobrevolando Sudamérica; a mediados de abril, China cerró el espacio aéreo al noreste de Taiwán debido al lanzamiento de un cohete, provocando una reacción de sus rivales; esos mismos días, aprovecharon la filtración interna de documentos clasificados del Pentágono, entre los que se menciona el nuevo dron chino supersónico de gran altura WZ-8; por último, el continuo análisis de las estrategias utilizadas por ambos bandos en la guerra de Ucrania ha llevado a replantear las propias, todo lo anterior con miras preparativas para una posible campaña militar contra Taiwán.
El primero de mayo, un nuevo OVNI fue detectado sobre Hawaii y después de ser identificado como otro globo estratosférico por aviones caza, se calculó que su trayectoria era hacia nuestro país. Estados Unidos no tardó en contactar a México, pidiendo permiso para sobrevolar nuestro territorio con cazas y drones, petición que fue denegada por nuestro gobierno. La negativa fue una respuesta correcta, ya que no necesitamos involucrarnos en otra disputa entre estas potencias, porque con la del fentanilo es más que suficiente, considerando que dicha crisis fue creada y promovida por las farmacéuticas norteamericanas de opioides, que ahora es sostenida por el fentanilo de origen chino y que México podría terminar pagando los platos rotos, dependiendo de quien gane las próximas elecciones en EU.
Entonces, la reciente controversia que rodea a los globos espías parecería ser una cucharada de su propia medicina estadounidense, servida en utensilios de porcelana china, espolvoreada con el toque usual de cinismo del gigante asiático. Por lo tanto, lo ideal es que los OVNIS que veamos en nuestro país sí sean de otro planeta y no del lejano oriente, para no salir más embarrados, o mal parados, en el nuevo conflicto de poder entre las dos principales economías mundiales.
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