Llevar una aerolínea en Brasil puede ser un gran dolor de cabeza, como bien lo saben operadores como Azul, LATAM y Gol, pues la volatilidad del tipo de cambio puede ser un gran problema, indicó Mike Malik, director de marketing de Cirium.
En 2018, aproximadamente 3.7 reales brasileños le permitían comprar un dólar estadounidense. Hoy, se necesitan más de 5 reales para comprarlo. Eso significa que las aerolíneas en Brasil necesitan ganar muchos más reales para cubrir sus costos en dólares.
“Esos costos generalmente incluyen pagos de arrendamiento de aeronaves, mantenimiento de aeronaves, seguro de aeronaves, combustible para aviones y el pago de bonos denominados en dólares vendidos a inversionistas”, afirmó.
Azul, en un evento del día del inversor en diciembre, calificó la reciente depreciación real como un gran desafío. Por su parte, Gol dijo que en 2021, el 96.5% de sus ingresos por pasajeros y otros ingresos estaban denominados en reales, mientras que el 46.7% de costos y gastos operativos totales estaban vinculados a dólares.
Sin embargo, Malik aseveró que la depreciación de la moneda no es la única razón por la que las aerolíneas brasileñas a menudo pagan más por su combustible que las de otros lugares. Otra razón son los fuertes impuestos.
“IATA una vez llamó a Brasil uno de los lugares más caros del mundo para el combustible", debido a los impuestos sobre el combustible para aviones que pueden alcanzar hasta el 25% en algunas jurisdicciones locales. Además, una sola empresa, el gigante petrolero estatal Petrobras, proporciona casi todo el combustible que utilizan las aerolíneas brasileñas.
LATAM, con una gran red de vuelos más allá de América del Sur, tiene menos problemas con el cambio de divisas debido a su capacidad para obtener ingresos en dólares, euros y otras monedas en el extranjero.
Sin embargo, para las aerolíneas brasileñas que dependen principalmente de aviones de fuselaje angosto, los vuelos internacionales ocurren principalmente dentro de América del Sur, involucrando mercados como Argentina, Chile y Colombia. El problema es que la demanda de viajes transfronterizos en el continente es sorprendentemente pequeña.
De acuerdo con las cifras de Diio by Cirium para febrero, el mercado entre Brasil y Colombia, dos de las economías más grandes de América del Sur, muestran sólo seis o siete vuelos diarios en cada dirección, según el día de la semana.
Para Brasil-Argentina que es más grande, hay aproximadamente 30 vuelos diarios en cada dirección. Mientras que hay hasta 125 vuelos por día entre Japón y Corea.
“En pocas palabras: simplemente no hay muchas oportunidades de mercado internacional de corta distancia para los transportistas brasileños”.
Brasil también está muy lejos de muchos de los principales centros comerciales y turísticos del mundo, lo que implica la necesidad de vuelos de muy larga distancia que pueden ser económicamente riesgosos, especialmente cuando los precios del combustible son altos.
Sao Paulo, por ejemplo, está a casi 8,000 kilómetros de Nueva York, según la base de datos del Informe de Distancia de Diio. La ciudad brasileña dista más de 9,000 kilómetros de Londres, más de 12,000 kilómetros de Dubái y más de 17,000 kilómetros de Pekín. Esto es más largo que la ruta Sydney-Londres.
Tanto en Sao Paulo como en Río de Janeiro, la infraestructura aeroportuaria presenta otro impedimento para el crecimiento. Como señala Gol en su último informe anual, “los slots del aeropuerto de Congonhas en Sao Paulo se utilizan en su totalidad los días de semana. El aeropuerto Santos Dumont en Río de Janeiro, un aeropuerto muy utilizado con vuelos de enlace cada media hora entre Sao Paulo y Río de Janeiro, también tiene ciertas restricciones de slots”. Adicionalmente, los esfuerzos de privatización de aeropuertos en Brasil presentan un riesgo adicional de inflación de costos para las aerolíneas.
En términos más generales, el mercado de las aerolíneas brasileñas está sujeto a cambios bruscos en la economía, que a su vez está sujeta a cambios bruscos en los precios de las materias primas.
Durante la crisis mundial de las materias primas de 2015, la industria de las aerolíneas brasileñas enfrentó grandes dificultades financieras. Actualmente, los precios de las materias primas son generalmente altos pero, de manera muy inusual, esto no ha ido acompañado de una moneda fuerte.
Además, a diferencia de muchas otras aerolíneas del mundo, las aerolíneas brasileñas no recibieron ninguna ayuda importante del gobierno para superar la pandemia.
Desafíos como estos han llevado a la extinción a un número considerable de las principales aerolíneas brasileñas, incluida Avianca Brasil justo antes de la pandemia.
Pero la situación no es del todo mala. Los 200 millones de brasileños constituyen un grupo gigante de viajeros reales y potenciales; aunado a que el turismo está creciendo. También lo son las oportunidades de carga.
Las aerolíneas de Brasil están recibiendo nuevos aviones con mejor economía y mejores capacidades de alcance. Los planes de lealtad de las aerolíneas han aumentado en valor. Actualmente, las aerolíneas reportan una fuerte demanda y fuertes ingresos. Pocos economistas no estarían de acuerdo en que la economía tiene un gran potencial.
“Así que no, no es un mercado fácil para las aerolíneas. ¡Pero anímate y mira hacia arriba! Realmente hay mucho que me gusta de Brasil”.
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