La Asociación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas (ALPA) solicitó a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) acelerar la implementación de las barreras secundarias en aeronaves de pasajeros recién fabricadas, así como aplicar la regla a los más de 2 mil aviones que se han encargado o entregado desde que se promulgó la ley antiterrorista.
“ALPA ha trabajado incansablemente para garantizar que los aviones comerciales nunca más se utilicen como armas de guerra. Requerir la instalación de barreras secundarias es un paso simple, prudente y económico que es demostrablemente efectivo para garantizar la seguridad de los pasajeros, las tripulaciones y las personas y la propiedad de las aerolíneas en tierra”, dijo el capitán Joe DePete, presidente de ALPA.
Agregó que la demora significativa en la emisión de esta regla significa que se ordenaron o entregaron más de 2 mil aviones de pasajeros sin estas barreras, por lo que la FAA debería aplicar la regla de manera retroactiva para incluir a todos estos aviones.
Respecto al aviso de reglamentación propuesta de la FAA para exigir una segunda barrera, indicó que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) también solicitó que el plazo reglamentario propuesto para la instalación en aeronaves recién fabricadas se redujera de 24 a 12 meses a partir de la fecha de publicación de la regla final.
DePete refirió que al menos dos fabricantes de aeronaves ya tienen líneas de producción equipadas y han puesto a disposición de los clientes barreras secundarias para la cabina de mando en algunos tipos de aeronaves. “Por ello, no hay motivo para tardar dos años en exigir el cumplimiento de la norma”.
Además, debido a los retrasos significativos en la publicación de la regla, se solicitó que todas las aeronaves que entraron en línea en el tiempo transcurrido desde la aprobación de la ley se incluyan en la regla.
Además de agilizar el tiempo de instalación, ALPA también solicitó que como mínimo, la FAA ordene que todos los aviones de pasajeros se actualicen con barreras físicas secundarias instaladas, incluidas las cubiertas de vuelo de aeronaves extranjeras que operan en los Estados Unidos bajo operaciones FAR Parte 129.
“Existe una preocupación significativa de que los terroristas u otros actores puedan apuntar a operadores extranjeros sin barreras secundarias, ya que esas aeronaves podrían considerarse menos protegidas porque no poseen el mismo nivel de seguridad en la cabina de mando que los operadores estadounidenses. Por lo tanto, ahora se deben adoptar de manera integral métodos adicionales para mitigar esta vulnerabilidad, como lo demuestran los continuos intentos de intrusión en la cabina de vuelo”, escribió DePete en sus comentarios presentados ante la FAA.
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