Desde los inicios de la aviación, las condiciones atmosféricas adversas han jugado un
papel muy importante en el número de incidentes y accidentes aéreos. Hoy por hoy el
factor meteorológico sigue siendo motivo de demoras en el itinerario de vuelos a lo largo
y ancho del planeta y, por supuesto, sigue cobrando vidas, aunque como causa única
corresponde al 15% de casos de accidentes. Sin embargo, si juntamos esto como un
eslabón más de la cadena del error, este número llega la 35% según La Junta Nacional
de Seguridad en el Transporte de EU (NTSB, por sus siglas en inglés).
Teniendo en cuenta los principales fenómenos meteorológicos en los incidentes y/o
accidentes aéreos que han presentado aeronaves que operan en territorio colombiano
tenemos:
• Turbulencia severa
• Granizo
• Engelamiento
• Cizalladura cerca de la superficie
A pesar de que ninguno de estos fenómenos es ajeno para los pilotos y aunque hacen
parte de lo que significa volar, en ocasiones las tripulaciones no incluyen el factor clima
dentro de la planificación previa al vuelo, lo que afecta seriamente el fortalecimiento de
la seguridad operacional. Hay que entender que el vínculo que existe entre la
Meteorología y la Aviación es la ATMÓSFERA y es ésta última la que pasa una factura
muy cara cuando la dejamos a un lado.
TURBULENCIA SEVERA
El cambio repentino de la dirección y/o velocidad del viento en un espacio de tiempo muy
corto es tal vez una de las amenazas más comunes en vuelo; a pesar de que las
aeronaves están diseñadas para moverse dentro de las corrientes de aire, no significa
esto que no las haga vulnerables a fluctuaciones repentinas y muy fuertes de viento,
especialmente las aeronaves livianas que son mas susceptibles a la turbulencia que las
aeronaves medianas o pesadas, si a esto le agregamos que las tripulaciones
desconocen que existen al menos 9 tipos de turbulencia y que en cualquier momento
una aeronave puede encontrarse dentro de una ellas.
Aunque en realidad lo importante de la turbulencia no es el nombre ni el origen que reciba, sino mas bien la intensidad de la misma, como la turbulencia extrema la cual presenta variaciones de viento de más de 50 nudos, que pueden llegar a presentar daños
estructurales, hacer que pasajeros y carga vuelen de un lado a otro de la aeronave y
peor aún, la pérdida del control de la misma por parte del piloto, como le sucedió al vuelo
American Airlines 587 el 12 de noviembre de 2021 en New York.
GRANIZO
“Tranquilo CAPI que vamos IFR, espere que pasamos esa tormenta en un momentico”,
una frase jocosa pero muy frecuente cuando se vuela por instrumentos, pero se
desentiende que cuando una aeronave atraviesa nubosidad convectiva, esta trae toda la
energía acumulada desde la superficie, representada por vientos muy fuertes que llegan a alcanzar velocidades de hasta 60 m/s, actividad eléctrica, precipitación fuerte que
aumenta la masa de la aeronave y lo más peligroso es que degrada la efectividad de la
misma y por supuesto estas partículas de agua sometidas a temperaturas por debajo de
los -70 grados centígrados, terminan convirtiéndose en bolas de hielo del tamaño de una
pelota de béisbol, que al paso de una aeronave, le deja un recuerdo de que no debió
haber pasado por allí, o que diga lo contrario el A-319 de Avianca en la fotografía.
ENGELAMIENTO:
Como el que no conoce la historia está condenado a repetirla, vamos a retomar el caso
del FAC 1261, accidentado el 31 de julio de 2015 en Codazzi – Cesar, el cual según
investigación hecha por la misma Airbus Military y General Electric, concluyeron que la
caída de la aeronave se debió a engelamiento severo en los planos de la misma.
“¿ENGELAMIENTO SEVERO?” Al igual que la turbulencia, este fenómeno de
congelación en vuelo de una aeronave, se presenta de diferente manera y con diferente
intensidad a tal punto que los sistemas de deshielo instalados a bordo no son lo
suficientemente eficaces para deshacerse de la acumulación de agua congelada en
todas las áreas de la aeronave que se encuentra en contacto con el viento relativo, pero
para tener agua que se congele al impacto con la aeronave se necesita que la
temperatura del aire y del fuselaje estén por debajo de cero grados centígrados y que la
tripulación tome la decisión de volar en una zona de mal tiempo.
Imagen del satélite del día 31 de julio de 2015 a las 1800 H.L. y lugar del accidente
CIZALLADURA CERCA DE LA SUPERFICIE
Según la NTSB, de los accidentes relacionados con la meteorología, el viento es la
variable de tipo más común y esto obedece precisamente a que en las fases de mayor
riesgo es cuando más se experimenta este fenómeno, el problema radica en los escasos
15 segundos que se tienen de reacción ante la presencia de una cizalladura de viento.
Es muy importante tener en cuenta que no es necesario que se estén presentando
condiciones de precipitación en el aeródromo que indican que existen cortantes de
viento, el solo hecho que sobre el aeropuerto se encuentre una nube de tipo CB / TCU,
sin que se observe lluvia, es suficiente para asumir que se van a encontrar corrientes de
viento muy fuertes que chocan contra el suelo a altas velocidades, creando estas
variaciones verticales que sacan de una aproximación estabilizada a cualquier piloto.
Reunión sobre Proyectos del Programa MET del GREPECAS Lima, Perú
Un caso reciente al cual se le atribuyó este fenómeno, sumado al conocido como
AGUJERO NEGRO, fue el que sufrió el B-737 HK-4682 de la extinta compañía AIRES el
16 de agosto de 2010 en el aeropuerto Gustavo Rojas de la isla de San Andrés, cuando
la aeronave se encontraba en la fase final de aproximación y 20 segundos antes del
accidente la visibilidad se redujo, arreció la lluvia y aumentó el viento con ráfagas muy
fuertes de hasta 28 nudos, lo que llevó a que la aeronave impactara 49 metros antes del
umbral de la pista 06, se partiera en 3 pedazos y dejara dos victimas fatales.
En el año 2020, según las estadísticas presentadas por Miguel Camacho, jefe del Grupo
de Investigaciones Aéreas de la Aeronáutica Civil, la tasa de accidentalidad en Colombia
es de 3.5 por cada 100,000 vuelos. Esta cifra de tráfico aéreo es el equivalente a la
operación de 6 meses. Sin embargo, es clave subrayar que accidente no siempre implica
víctimas fatales y heridos, también se contemplan allí los daños de las aeronaves.
Queda entonces como propósito dentro de la planificación del vuelo incluir la búsqueda
de estas condiciones adversas en ruta, éstas deben ser estudiadas y analizadas por la
tripulación en términos de probabilidad e intensidad y claro está, preparar un plan de
contingencia para afrontar estas condiciones.
Las oficinas de meteorología hacen día a día grandes esfuerzos para obtener
información relevante sobre los fenómenos que se están presentando en tiempo real en
el país, aprovechar esta primordial herramienta y las docenas de aplicaciones móviles
que brindan información gratuita, es crucial para aumentar los niveles de seguridad
operacional y disminuir la tasa de incidentes ocurridos por meteorología.
Recuerde que nunca una condición de mal tiempo va hacia la aeronave, es usted señor
piloto quien decide volar en condiciones de mal tiempo.
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