Y no dejan de surgir las sorpresas, Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) sigue de cabeza, ahora sale Ricardo Torres Muela y en sustitución entra el Ingeniero Javier Alonso Vega Dour como director de servicios a la navegación en el espacio aéreo mexicano. Y es que no está nada fácil resolver el enorme problema que les heredó el ex director de SENEAM, Víctor Hernández, con el rediseño aéreo que se complica cada día más. Como recordaremos, Víctor Hernández, a sabiendas de que el diseño aéreo, que proporcionó Navblue y por el que Mitre no autorizó por estar repleto de suposiciones y que además iba en contra del convenio de Chicago por el sobrevuelo en áreas urbanas y la generación de ruido intenso de las aeronaves, se entercó en cumplir a sabiendas de que no era factible al presidente.
Y si a esto le adicionamos el haberle delegado a dos controladores inexpertos el rediseño aéreo, vemos simplemente el resultado: un Frankenstein que el señor Víctor Hernández creó al haber convencido al inquilino de palacio que era necesario para poder operar el fallido aeródromo de Santa Lucía.
Y ahora, el problema se agrava progresivamente conforme el tráfico en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se incrementa a los niveles que tenía anteriormente, de 900 operaciones diarias, y que ahora por órdenes de palacio se restringen a 650, ahorcando al sistema aéreo que urgentemente necesita regresar a mayores operaciones y a un diseño aéreo capaz de cumplir cabalmente con las restricciones de cruce de altitud, velocidad y viraje, que no active el sistema GPWS (sistema de proximidad a tierra) por estar volando cerca del terreno alto, que el diseño sea de arriba a abajo y no como está ahora, de abajo hacia arriba, que los conos de aproximación no se encimen unos sobre otros, que lleguen por el norte para ser ordenados en las llegadas con la separación correcta y el descenso sea continuo.
Y por el sur, que no pasen a un lado de los volcanes, sino arriba de ellos, como antes, que las aproximaciones sean acortadas, pues ahora están hasta con 90 millas náuticas, cuando antes eran de 30 millas náuticas.
¿Será posible que, con el cambio de director, nuestra carta a Santa Claus pueda ser cumplida?
A un año y tres meses de que se termine este sexenio, le deseamos a SENEAM que nos entregue ese regalo.
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