Aunque la tecnología espacial ha avanzado mucho en los últimos años y sus aplicaciones son cada vez más frecuentes en nuestra vida cotidiana, muchas personas siguen pensando que la tecnología espacial es solo un lujo. Sin embargo, nada puede ser más falso, la tecnología espacial es una necesidad y tiene el potencial de ayudar a resolver algunos de los problemas sociales más apremiantes del mundo, especialmente los de las personas más pobres. Hay muchas maneras en que la tecnología espacial puede utilizarse para beneficiar a la sociedad, pero un área que a menudo se pasa por alto es su potencial para ayudar a mejorar la situación de las personas más pobres.
Estos son solo algunos ejemplos:
Primero, la tecnología espacial tiene el potencial de ayudarnos a erradicar la pobreza brindando acceso a la educación: en muchas partes del mundo, las niñas y los niños no tienen acceso a una educación de calidad debido a la falta de recursos. Sin embargo, con la tecnología espacial, es posible llevar contenido educativo a áreas remotas a través de televisión satelital o Internet. Esto puede ayudar a cerrar la brecha educativa y dar a las niñas y los niños de todas las clases sociales la misma oportunidad de aprender.
También, a través de la comunicación satelital, se pueden proporcionar servicios de tele-salud a poblaciones remotas, muchas veces marginadas, y mejorar con eso la calidad de vida de la población.
A través del empleo de satélites de observación de la tierra, la tecnología espacial puede ayudarnos a monitorear el rendimiento de las tierras de cultivo, detectar plagas, y predecir sequías. Esta información puede ayudar a los agricultores a maximizar sus rendimientos y mejorar su calidad de vida.
La tecnología espacial también se puede utilizar para auxiliar a la gente, generalmente la más desprotegida, en casos de desastre. Al proporcionar alertas tempranas de tormentas, inundaciones y otros desastres naturales, los cuerpos de rescate pueden responder de manera más efectiva, y así salvar vidas y minimizar los daños a la infraestructura. También, a través de las comunicaciones por satélite, es posible mantener a las personas conectadas incluso cuando las redes terrestres no funcionan. Esto puede ser crítico para coordinar los esfuerzos de rescate y proporcionar información vital durante las emergencias.
Así, la tecnología espacial no es un lujo y, por lo tanto, cada nación debería desarrollar su propio programa espacial. Sin embargo, antes de precipitarse a desarrollar un programa espacial, hay varias cosas que los gobiernos deberían tomar en cuenta. Primero, es necesario que identifiquen los problemas o necesidades que estén tratando de abordar con su programa espacial. Una vez hecho esto, es importante determinar qué recursos, como dinero, personas, instalaciones, se requieren para desarrollar el programa. Una vez conocido esto, es importante diseñar las condiciones para asegurar su funcionamiento y, sobre todo, mantenerlo a largo plazo, independientemente de vaivenes políticos. Esto incluye cosas como darle una sólida figura jurídica, acceso seguro a financiamiento, un plan de formación de personal y un plan de administración de riesgos, entre otras cosas. Después, habrá que operar el programa espacial. Esto implica invertir en infraestructura espacial, creación de capacidades y operaciones para ejecutar los proyectos que se deriven de él.
En resumen, la tecnología espacial puede marcar una verdadera diferencia en la lucha contra la pobreza y, por lo tanto, ayudarnos a construir un futuro mejor para todos. Es por esto que todas las naciones, sobre todo las más pobres, deberían considerar invertir en tecnología espacial como una forma de mejorar la vida de sus ciudadanos.
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