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07/09/2024

Boeing y la cultura de seguridad

Rosario Avilés / Viernes, 12 Julio 2024 - 01:00

Deja muy mal parada a la administración de los Estados Unidos lo que ha ocurrido a la postre con la armadora de aviones Boeing, una vez que la empresa ha decidido tomar el camino de declararse culpable de “Conspiración contra los Estados Unidos y falta de cumplimiento” (what ever that means), para evitar el juicio al que querían llevar a la icónica compañía tanto los deudos de los 346 pasajeros fallecidos en los dos accidentes fatales de octubre de 2018, como las aerolíneas implicadas, Lion Air y Ethiopian Airlines, entre otros afectados.

Lo cierto es que después de esto, la vida de la armadora estadounidense no volverá a ser la misma, pero tampoco lo será el sistema de vigilancia de seguridad operacional de Estados Unidos. La Administración Federal de Aviación (FAA), que pertenece a la esfera del Departamento del Transporte, se ve muy comprometida en este caso, ya que el seguimiento y la supervisión que debió tener durante el desarrollo del nuevo modelo, quedaron muy cuestionados.

Después de los accidentes, en la medida en que muchos empleados y exempleados de la empresa se vieron enfrentados a los hechos, se fue difundiendo cómo, al interior de la compañía, existió una clara intención de ocultar decisiones que comprometían la seguridad en los sistemas del nuevo modelo del 737, en especial el MCAS (“aumento de características de maniobra”).

Por otro lado, la Junta Federal de Seguridad en el Transporte (NTSB) de ese país, que le da cuentas directamente al Senado -no a la administración federal-,  tuvo que hacer frente a una investigación que fue dejando claro cómo se había perdido la cultura de seguridad que en otros tiempos caracterizó a la Boeing. Merced al acuerdo con que ésta se declara culpable, en los próximos tres años tendrá la presencia de un auditor que vigilará que los procesos se retomen y que la compañía invierta sumas considerables en reestructurar sus métodos de trabajo, adquirir nueva tecnología y volver a implantar el mecanismo de cumplimiento (compliance) que permite a los empleados denunciar prácticas indebidas, para que la alta dirección tome cartas en asuntos como éste.

Desde luego que esto es mejor que someter a la empresa a un juicio donde sin duda saldrían a la luz no sólo estas prácticas que se fueron degradando y que una investigación periodística del New York Times desveló después de los accidentes, sino tal vez muchas otras cosas que dejarían la impresión de que el sistema de vigilancia no es lo que debería ser. Esto además de las demandas que por casi 25 mil millones de dólares tienen interpuestos los deudos de los pasajeros fallecidos, las aerolíneas involucradas y otros clientes, como los que sufrieron pérdidas debido a que Boeing tuvo que bajar de vuelo a 300 aeronaves y detener la fabricación de las siguientes durante la pandemia.

Este malhadado capítulo en la vida de la empresa, no sólo deja lecciones muy importantes a toda la industria y al sistema de seguridad operacional de Estados Unidos, sino que está cerrando una página en la historia de la fabricación de aviones, cuyo siguiente capítulo tendrá nuevos actores como pueden ser la brasileña Embraer y la china Comac, las cuales vendrán a refrescar el panorama. Habrá que estar pendientes. E-mail: raviles0829@gmail.com

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