Pasar al contenido principal
20/12/2024

De pena ajena lo que está ocurriendo con la fuerza aérea mexicana

Juan A. José / Miércoles, 17 Julio 2024 - 01:00

De pena ajena es lo que me estoy enterando respecto a la capacidad de actuar de la Fuerza Aérea Mexicana, por sus siglas FAM, en lo que toca al cumplimiento de sus altas y estratégicas obligaciones legales en beneficio de México y de los mexicanos. 

Y es que me entero, por fuentes por demás confiables, que la FAM ha tenido que recurrir a contratar, con ciertos operadores nacionales, vuelos de fletamento de pasajeros y carga, es decir, chárters, algo que demuestra que paradójicamente en tiempos en los que uno podría pensar que el arma aérea de la Secretaría de la Defensa estaría más sólida que nunca, luego de un primer sexenio lopezobradorista en el que las fuerzas armadas nacionales, hay que decirlo, han sido de las entidades más beneficiadas con poder, responsabilidades y respaldo político por el obradorato, queda claro que han perdido, si no totalmente, sin duda de manera significativa, su capacidad de operación aérea. Es más, uno pensaría que hay más aeronaves permanentemente fuera de servicio en exhibición en instalaciones militares, caso notable de Santa Lucía, Estado de México, que en nuestro espacio aéreo soberano. 

¿Será que por tratar de quedar bien con “YSQ” a los militares mexicanos se les pasó la mano en la asignación de recursos a proyectos que deberían ser vistos como de carácter civil, pero militarizados, caso de Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional de Tulum o la Nueva Aerolínea del Estado Mexicano, esta última operando tres Boeing 737-800s provenientes del Escuadrón Aéreo 502 de la FAM que virtualmente se ha quedado casi sin alas, tanto que la Secretaría de la Defensa Nacional ha tenido que recurrir, por ejemplo, a los Boeing 727-200 de la Guardia Nacional o a los 737 de Magnicharters para el transporte por vía aérea de personal militar, además de Boeing 737´s de TUM Aerocarga para apoyos logísticos.

Los que habitamos el Valle de México hacia los años 60, 70, 80 y por ahí los 90, teníamos el privilegio de presenciar cada 16 de septiembre un maravilloso espectáculo aéreo protagonizado decenas de aeronaves de la FAM, muchas de las cuales, si no de última generación, sin duda en condiciones de permitirle cualitativamente y cuantitativamente cumplir con su misión natural que es la defensa exterior e interior de la patria. Entre las aeronaves que desfilaban no solamente habían impresionantes y veloces jets de entrenamiento (Lockheed T-33) y combate (Northrop F-5) sino versátiles y capaces aviones de transporte, caso notorio de los Boeing 727-100 y 200 ́s, entiendo en buena medida procedentes de la original e irrepetible Mexicana de Aviación.

Lo cierto es que, ya sea por falta de mantenimiento, obsolescencias, decisiones de no adquirir nuevos equipos, o todo lo anterior, la flota de la FAM ingresa muy menguada a un segundo sexenio en el que el líder político indiscutiblemente no será la presidenta electa, sino su sucesor, suponiendo un gasto en contratos de fletamento que me parece no se justificaría si esta arma contase con el equipo de vuelo que requiere para defender a México.

Me han comentado algunos cercanos pertenecientes a las fuerzas armadas, en activo o en retiro,   que ya no están muy contentos con la idea de ver como su capacidad de operar en cielo, mar y tierra se ha venido al traste conforme los mandos se han dedicado a complacer a un gobierno que por lo menos en materia de aviación civil y por lo visto tampoco en la militar, no tiene idea de lo que hace, y eso insisto estimado lector da vergüenza.

¿Estoy equivocado al afirmar que las cosas marchan muy bien que digamos en esos dos ámbitos aeronáuticos nacionales? Me interesan sus comentarios.

 

 “Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

Facebook comments