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01/05/2024

Hoy más que nunca, es tiempo de no olvidar a Manuel Ruiz Romero

Juan A. José / Martes, 3 Enero 2023 - 17:22

La transformación a la que está siendo sujeta la aviación mexicana -por cierto, no sé si para bien o para mal-, caracterizada por la incorporación a ella de una nueva generación de funcionarios civiles y militares en niveles de decisión, en especial estos últimos, representa retos en varios sentidos, uno de ellos el menospreciado concepto de la cultura aeronáutica, que por los elementos facilitadores para la adquisición de conocimientos que aporta, en mi opinión y quiero pensar que algunos de mis estimados lectores estarán de acuerdo, es un vital sustento nada menos de la seguridad, valor que por lo menos en algunos ámbitos de la aviación civil mexicana ha sido relegado a un segundo plano, privilegiando la eficiencia operativa, los resultados financieros y la política.

Don Manuel Ruiz Romero (n. 1936), cuya vida recordamos y celebramos a siete años de que concluyó un día como hoy dos de enero de 2016, comprendía la importancia de la cultura en el desarrollo de cualquier actividad por más tecnificada que sea, caso del vuelo humano, a la que consagró la mayor parte de su carrera profesional como periodista e historiador, legándonos una colección de textos capaces de generar la envidia de los aeronáuticos de otras geografías que no tuvieron entre ellos quien documentase la evolución del desarrollo de su aerotransporte civil y militar con la extensión y calidad del material que emanó del teclado de Manuel.

El problema para México, y de ahí mi preocupación, particularmente en este comienzo de enero de 2023, es que, salvo honrosos casos, los nuevos mandos y los nuevos altos ejecutivos a cargo de la aeronáutica civil y militar mexicana, crecientemente desconocen quién fue y qué le regaló Ruiz Romero a su organización o labor. Es decir, ya sea por desconocimiento o por desinterés, nombres como el del perfeccionista, pero eso sí: muy valorado y querido andaluz emigrado hace más de 60 años a México, con el que por cierto comparto tantas y entrañables amistades, muchas de las cuales, en una de esas leerán esta entrega, lo cual agradeceré profundamente, no son parte de un léxico en que mi opinión debería ser requisito para ocupar un puesto de responsabilidad en el quehacer aéreo.

Con la arrogancia de aspirar a ser considerado un promotor cultural aeronáutico, mi labor es hacer lo posible para poner al alcance de quienes las desconocen, las biografías de los grandes de la aviación mundial, comenzando, claro está, por la mexicana. En el caso de aquellos para quienes la historia simple y sencillamente no merece atención alguna, mi objetivo es buscar y explotar, una y otra vez, espacios como este en las páginas de A21 para recordar a los lectores que la aviación no es producto de la casualidad, sino resultado de un enorme y costoso, en todos los sentidos, esfuerzo humano. Dicho en otras palabras: desde mi trinchera o ventanilla, como aeronáutico agradecido con lo que la actividad y sus personajes me han obsequiado toda mi vida, debo hacer, ahora sí que bajo un espíritu saintexuperiano, lo que esté a mi alcance para que “los actos y las cosas no pierdan de pronto sentido”, tal y como siento es mi obligación esta mañana al intentar eternizar la vida y obra de Manuel. ¿O de plano lo olvidamos? 

Estoy seguro que lo peor que podemos hacer en este 2023 en la aviación civil mexicana es prescindir de los grandes, caso este día, del que considero su más importante autor a nivel crónica e historia.

Es así que respetuosamente conmino a mis colegas editores, columnistas y reporteros en A21, y lo más importante: a sus lectores y a toda la comunidad aérea, a recuperar, o ayudarnos a recuperar a lo largo del 2023 el legado de aquellos y aquellas cuyas vidas vale la pena preservar y más en estos meses en los que, bien sabido es, que está en juego el futuro del aerotransporte civil mexicano.

Por lo pronto, ¡gracias Manuel por el tiempo y amor que le dedicaste a México y a su aviación!
Perdón, pero no puedo concluir este texto sin confesar una curiosidad que me queda claro, no es fácil ya satisfacer: ¿qué pensaría el maestro Ruiz Romero de lo que está ocurriendo en los cielos de su país adoptivo?

“Los  artículos  firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no  reflejar  el  criterio  de  A21”

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